La reflexión es lo único que se puede aportar a aquello sobre lo que ya está todo escrito.
Aquí se habla de toros y de la vida, como en las viejas tabernas.

martes, 30 de diciembre de 2014

CERROJAZO AL 2014

Dejamos atrás otro año y otra temporada taurina, bajo mi punto de vista interesante.

Temporada en la que toreros como Pepe Moral o Paco Ureña consiguen sacar la cabeza y mostrar al mundo su talento y sobre todo sus ganas de que por fin sean conocidos y reconocidos por la afición y tenidos en cuenta por las empresas a la hora de confeccionar sus carteles.
Temporada en la que otros toreros como Paulita o Diego Urdiales (sobre todo este último en la feria de otoño de Madrid) han venido a reafirmarse, a recordarnos quienes son y que están ahí, sobradamente preparados para dar toreo del bueno en cualquier cartel de cualquier gran feria.

Diego Urdiales en Madrid
Foto: Marca.com

Temporada en la que una figura del toreo que responde al nombre de Miguel Ángel Perera ha dado una lección de amor propio y vergüenza torera primero anunciándose y después lidiando y desorejando a un encastado ejemplar de Adolfo Martín para salir en volandas por la puerta de la gloria.

Temporada en la que por fin un incansable guerrero como es Iván Fandiño conseguía su primera puerta grande, la más grande del mundo, en la plaza de Las Ventas (puerta que había rozado demasiadas veces) no sin antes darnos una demostración de arrojo, valentía y absoluta disposición. Una demostración de que allí fue para triunfar y sólo triunfar sin importarle las consecuencias tirándose a matar sin muleta, sólo con su pecho y sus arrestos por delante.

Iván Fandiño matando sin muleta
Secuencia: blog "De España hasta los cantares"

Aquí hay futuro, y en esta ya pasada temporada nos lo han demostrado novilleros como José Garrido o F.J. Espada, matadores noveles como Jesús Duque y jóvenes ganaderos y empresarios como Álvaro Polo.

Éste ya casi caduco 2014 también nos deja momentos desagradables como la terrible cogida de David Mora en la pasada feria de San Isidro, cuando "Deslío" de El Ventorrillo le arrollaba cual tren de mercancías y le arrancaba la femoral mientras, en una valiente declaración de intenciones, el diestro intentaba recibirlo a portagayola.
Así es el toreo y estas son las cosas que nos recuerdan que estos señores vestidos de luces son mucho más que matadores de toros, son TOREROS, son HÉROES.
Aquella tarde fue un ejemplo de ello, ya que como todos recordamos, no sólo Mora fue herido sino que los otros dos diestros que completaban la terna (Jiménez Fortes y Nazaré) también lo fueron y tuvo que suspenderse el festejo.
Seguiremos diciendo con toda nuestra energía eso de #FuerzaDavidMora hasta que el madrileño consiga recuperarse del todo, que por supuesto lo hará (por algo es TORERO) y vuelva a enfundarse en oro para hacer de nuevo el paseíllo.

Terrible cogida de David Mora
Foto: El Mundo

En el terreno ganadero, me quedo con la CASTA y los buenos resultados demostrados por dos ganaderías en las pocas corridas que han lidiado: Pedraza de Yeltes y Baltasar Ibán. 
También me quedo con la regularidad de Victoriano del Río, quien pone de manifiesto que lo suyo es más que una buena racha. No es nada fácil lidiar tantos toros al año y sacar tan buena media.

Este 2014 que se nos va también fue testigo de aquella ardua batalla que libraron (y que siguen librando) los novilleros bogotanos y que consiguió movilizar a toda la afición del mundo primero (al grito de #FuerzaNovilleros) y a los principales toreros después.
Espero que en el año venidero la vida, la afición y los empresarios sepan recompensar su impagable labor por nuestra Fiesta brindándoles oportunidades, como espero que puedan aprovecharlas y cosechar triunfos, se lo merecen quizá más que nadie.

También ha sido un año movido en el tema empresarial. Estos mandamases del toreo (que ni crían toros ni se ponen delante de ellos) vuelven a dar la nota negativa del año con sus nefastas declaraciones que flaco favor hacen a la tauromaquia, eso de lo que se supone que viven.

Mis deseos taurinos para éste 2015 que ya asoma la cabeza son sencillos a la par que complicados: Que veamos una real diversidad de encastes y ganaderías y una necesaria apertura de carteles por parte de las figuras; que Sevilla y su afición sean respetadas por quien gestiona aquel nido de serpientes; corridas de toros retransmitidas por TVE (la televisión de todos los españoles) sin complejos ni pamplinas; más oportunidades para esos toreros que están demostrando su valía y que no se ven recompensados.
Pero sobre todo, mi principal deseo taurino para este nuevo año es la recuperación total y absoluta de David Mora para que toda esa sangre derramada sobre la arena venteña merezca la pena (seguro que así será).

Desde este humilde rincón de reflexiones taurómacas os deseo a todos salud, felicidad, éxito en lo personal y lo profesional y muchas tardes de buen toreo.
Mis mejores deseos para el nuevo año.




Alberto CH - @alberto_chps

miércoles, 17 de diciembre de 2014

DONDE DIJE DIGO...

Hace ya once meses de aquello. Las cinco figuras más importantes del panorama taurino actual (sin contar al que va por libre, por supuesto) lanzaban un contundente y sorprendente comunicado en el cual se negaban a torear en la Real Maestranza de Sevilla mientras ésta estuviera gestionada por la empresa Pagés. Literalmente, decía así:

El presente comunicado representa a los diestros José Antonio Morante de la Puebla, Julián López El Juli, José María Manzanares, Miguel Ángel Perera y Alejandro Talavante. 
Comunican a la afición que no actuarán en la plaza de la Real Maestranza de Sevilla bajo la contratación de la empresa Pagés. La Junta de Gobierno de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla ya tiene conocimiento de esta difícil decisión y de sus razones, decisión que sólo pretende que esta plaza recupere su identidad y se respete a los toreros y a sus representantes.
Sin otro particular, les saludan atentanmente...

Según explicaron, esta decisión se debía a las continuas faltas de respeto de los representantes de la empresa gestora del sacro coso sevillano hacia ellos desde hacía años (algunos dieron sus motivos particulares en diferentes comunicados), pero la gota que colmó el vaso fueron las declaraciones de Eduardo Canorea pocos días antes, acusando a los toreros de no querer rebajar ni un céntimo sus honorarios, de no ser consecuentes y de no tener los pies en la tierra, a lo que añadió más tarde en el programa "Los toros" de Cadena Ser:
Algunos están en el limbo, otros en la parra, y otros más allá del limbo y de la parra. Y como no bajen al suelo, verán morirse esto. Pero esa no es su preocupación porque ya están ricos. No nos van a hacer falta los antitaurinos.

La rabieta y la soberbia le salió cara a Canorea y su empresa, puesto que la feria de Sevilla de 2014 fue una verdadera ruina económicamente hablando, quedando patente que las figuras son necesarias en Sevilla.
Quizá sea un buen momento para recordar lo que declaraba el mismo Canorea muchas tormentas atrás cuando recibió la herencia de gestionar uno de los templos más sagrados del toreo:

Foto extraída de la cuenta de Twitter de @elviejotaurino


La guerra estaba declarada y aceptada por ambos bandos. Ninguno de los dos parecía estar dispuesto a dar cuartelillo al rival, de momento.
Como era de esperar, esa aparentemente férrea unión entre esas cinco figuras se fue desmenuzando poco a poco. Talavante se fue por su lado, no sin antes dejar claro en su cuenta de Twitter que sus compañeros del G5 (salvo Perera) le habían dado la espalda y no le habían abierto carteles en esta pasada temporada. Manzanares dice que le gustaría que todo se arreglase para poder estar en Sevilla de nuevo. Mientras, Morante exige una disculpa por parte de la empresa para poder estar anunciado en 2015 (aunque todavía no está nada claro).

Vaya, ya parece que con una disculpa vale. Ya no piden la dimisión irrevocable de Pagés como hacían no muchos meses atrás. Ahora exigen un perdón público para que todo vuelva a su cauce. Donde dije digo, digo Diego.

Y como era de esperar, los cuñadísimos así lo hacen. Se disculpan con un comunicado que envían en forma de nota de prensa a los distintos medios:
En relación a los hechos acontecidos la pasada temporada, que impidieron la comparecencia de cinco figuras del toreo en la plaza de toros de Sevilla, la empresa Pagés quiere pedir disculpas a todo aquel que se haya sentido ofendido por nuestras declaraciones.
Estamos convencidos de que la feria de Sevilla necesita de la participación de las principales figuras, como ha sido tradicional en esta plaza que para nosotros es la primera del mundo. La afición y la ciudad de Sevilla se merecen que todos pasemos página y que con buena voluntad y el consenso de todos seamos capaces de ofrecerles lo mejor.

Vaya, de nuevo se cumple aquello de "donde dije digo..." también por parte de la empresa, que no quiere volver a perder la cantidad de euros que perdieron la pasada temporada ni la confianza de sus abonados y público que, dicho sea de paso, llevan demasiados años soportando precios realmente elevados a cambio de una gestión que simplemente se basa en la confección de unos carteles previsibles muy poco tiempo antes del comienzo de la feria y dar una información prácticamente nula a la afición. Así trabaja Pagés (como muchos otros, pero esos muchos otros no son Sevilla, santo y seña del toreo).

Disculpas que suenan a puro trámite, como aquellas que pidió nuestro Rey nada más salir del hospital tras romperse la cadera cazando elefantes en África con el dinero de todos nosotros, sufridores de una cruel crisis que no hemos creado. Pero bueno, no nos desviemos del tema...
Éstas de Pagés, son disculpas que suenan a conveniencia, a "pa ti la perra gorda" pero yo no quiero perder más euros, prestigio y abonados.

En caso de que al final todo quede en un "aquí no ha pasado nada" y todo vuelva a ser como antes, me haría varias preguntas:
¿Qué pasa con todos esos que dieron la cara por las figuras públicamente creyendo en sus razones? ¿Cómo van a quedar ante la opinión pública? Decían los viejos sabios de mi pueblo que pocas cosas hay más desagradecidas que una figura del toreo... Yo nunca quise creerles, esperemos que no lo pongan en evidencia.
Y sobre todo: Al aficionado, el verdadero afectado por todo lo acontecido, ¿quién le pide disculpas? ¿Le importa a alguien, a alguno de estos dos bandos que hace casi un año se enfrascaron en una guerra y que ahora todo apunta a que se acerca la tregua? ¿Nadie escribe comunicados ni toma partido por el que sustenta a figuras y empresa pasando por la taquillla?
En este sentido, recomiendo leer el artículo de Ignacio Sánchez Mejías que enlazo aquí:
¿Y a nosotros quién nos pide perdón?


¿Volveremos a verles en este escenario en 2015?
FOTO: Marca.com

Qué sabio es el refranero español, que en una sola frase es capaz de compactar todo lo que se podría decir en un largo y pesado artículo. Y es que al final, tanto para unos como para otros, donde dije digo, digo Diego.

Postdata: Ya que donde ustedes, figuras y empresa, decían "digo" ahora dicen "Diego", sean dignos y justos y digan Diego Urdiales, pero díganlo en los carteles de 2015 en una corrida digna y dándole la importancia que merece y que se ha ganado a ley, con su muleta y su pecho y verdad por delante, y no con comunicados ni ruedas de prensa.

Alberto CH - @alberto_chps





domingo, 14 de diciembre de 2014

EL TORISMO Y OTROS CUENTOS TAURÓMACOS

“Soy torista” me dices mientras injurias a toros bravos por el simple hecho de no llevar a fuego en su piel uno de los hierros que a ti te gusta ver. Tremenda paradoja.
Me lo cuentas dándote golpes en el pecho mientras prejuzgas corridas que aún no están ni embarcadas y que tan ni siquiera has visto en fotografías.
El torismo es otra cosa.

El verdadero torismo (que afortunadamente existe) es saber apreciar la morfología y comportamiento del toro bravo siempre acorde a su encaste y procedencia. Es no pedir, sino exigir un toro íntegro y con presencia (que no kilos), y una variedad real de encastes y ganaderías en todas las plazas y ante todos los toreros, sean figuras o no.
Es poder valorar una faena basándose en las cualidades del cornúpeta, defectos y virtudes, y la solvencia y actuación del matador frente a éstas.
Ya lo dijo el maestro Chenel con su voz quebrada y su eterno cigarrillo entre los dedos: Para ser un buen aficionado, antes que torerista, hay que ser torista. Sólo así, entendiendo al toro, se será justo con los toreros.
Torismo es acudir al tendido sin prejuicios y con ganas de ver toros embistiendo, dejándose los riñones de apretar en el caballo y entregándose con todo en la franela.
Pero sobre todo, el torista es quien ama y respeta al toro bravo y el que lo proclama como verdadero protagonista del toreo junto a quien se pone con la verdad por delante para sacarle todo lo que lleva dentro.

Esos falsos toristas (por supuesto no generalizo) suelen tener la obsesión de que todos los toreros deben realizar aquello que ellos llaman “cargar la suerte”.
Y en efecto, así es, la pureza del toreo está en poder y someter al de los rizos y a ser posible ligando muletazos con la suerte cargada. El problema es su falsa acepción de este concepto.

¿Se puede cargar la suerte sin adelantar la pierna de salida? por supuesto que sí. “Cargar la suerte” no es sino apoyar el peso del cuerpo sobre esa pierna de salida, esté adelantada o no. Quede claro que esto no lo digo yo, humilde aprendiz de aficionado, sino los toreros y escribas de relevancia de todas las épocas del toreo.
Por supuesto, tiene más mérito echar esa pata adelante ya que se expone ante los pitones de una forma más arriesgada, pero también es mucho más difícil ligar los muletazos desde esa posición y llevarse al toro atrás, lo que se llama torear en redondo.


Morante de la Puebla ejecutando un natural de perfil con la suerte cargada, sin adelantar la pierna de salida pero con el peso del cuerpo sobre ella.
FOTO: El Mundo


 Tampoco hay que confundir adelantar la pierna de salida con atrasar la pierna de entrada, común en algunos toreros. De este modo se atrasa ligeramente la pierna por la que entra el toro y se deja la de salida en prolongación con el resto del cuerpo, y puede parecer que esté con la pata pa’ alante, y no es así.

Diego Urdiales al natural. Retrasa la pierna de entrada y deja la de salida en prolongación al cuerpo. Por supuesto, también está con la suerte cargada, al tener todo el peso del cuerpo gravitando sobre la de salida.
FOTO: Miguel Pérez - Aradros


Muchos de estos falsos puristas defensores de la pata alante  tienen siempre como comodín, como referencia en sus debates, a ese monstruo que marcó un antes y un después en el toreo. Hablo de Joselito (el original, el de principios del siglo XX). Esto supone también una paradoja, puesto que el rey de los toreros aunque en ocasiones toreaba adelantando la pierna, se caracterizaba precisamente por ejecutar el toreo en redondo, abriendo el compás pero de forma lateral o incluso retrasándola ligeramente para darle un mayor recorrido al muletazo y poder ligar con el siguiente con mayor facilidad y limpieza (algo que ya de por sí era muy meritorio con el toro de aquella época). Por supuesto, esto tampoco lo digo yo, sino la enorme cantidad de testimonios, textos y fotografías que podemos encontrar en las hemerotecas.

Joselito ejecutando una verónica a pies juntos de forma lateral.



Un tema verdaderamente preocupante es la falta de variedad de encastes y ganaderías en las plazas de toros.
Aplaudo a los verdaderos toristas, estos sí, que vienen reclamando esta pluralidad desde hace ya muchos años.
Afortunadamente, tenemos una cabaña brava muy diversa y sin embargo no dejamos de ver anunciados en los carteles las mismas ganaderías año tras año. Ganaderías que en su gran mayoría pertenecen a un mismo encaste que está siendo sobreexplotado por petición expresa de los mandamases del toreo. Ganaderías que están degenerando las propias raíces de sus animales buscando fundamentalmente dos cosas: aumentar el tamaño de sus toros, sacándolos así de tipo, para poder torear en las plazas importantes que hoy así lo reclaman de forma absurda (en detrimento de su morfología natural) y un exceso de nobleza y entrega fácil para el “buen desarrollo” de la tauromaquia moderna (en detrimento de la bravura, base fundamental del toro).

Para apaciguar un poco el enfado de los más puristas, siempre tenemos esas pocas ganaderías comodín que sí mantienen la bravura, fiereza y morfología de sus bureles. El problema es que son pocas y siempre las mismas, por lo que siguen sin sumar lo suficiente a esa diversidad real que los aficionados demandamos. Además, los toros de estas pocas ganaderías de encastes minoritarios afortunadas por estar presentes en nuestras plazas, son siempre lidiados por los mismos toreros, relegados a un segundo circuito (aunque esto tampoco es nada nuevo).

¿Dónde quedaron esos tiempos en los que las figuras del toreo lo eran entre otras cosas por matar de todo y demostrar así tal título? ¿Dónde quedaron TOREROS como don Antonio Ordóñez que cuando daba una alternativa solía exigir ser él quien diera la confirmación al mismo torero en Madrid pero con una de Pablo Romero para así darle o no el visto bueno?
Yo no creo que a ninguna figura actual se le haya regalado nada, pero sí que deberían demostrar su condición lidiando todos los encastes que pueblan nuestras dehesas. Algo que en el toreo pretérito era más que una obligación. Algo que deberían hacer no sólo por mantener la biodiversidad de la cabaña brava, sino como acto de amor propio, de figura del toreo y porque nos lo deben a todos los aficionados que pasamos religiosamente por la taquilla.

Entiendo que los tiempos cambian y la tauromaquia no iba a ser menos.
Recuerdo que hace años me llamó mucho la atención un tema que salió a la luz y que puso a temblar a muchas marcas de cacharros tecnológicos.
Hablo de la famosa obsolescencia programada, una técnica industrial basada en fabricar todo tipo de dispositivos y piezas con una fecha de caducidad programada para así asegurarse unos altos ingresos en el servicio técnico de sus empresas y en la renovación de los productos por parte de sus clientes.

A inicios de los ochenta, mi honesto y santo padre pudo comprar con mucho esfuerzo, sacrificio y trabajo un modesto coche nuevo. Se trataba de un Seat 127 Fura 900 CL. Un vehículo cuyas prestaciones hoy nos darían risa pero que sin embargo fue capaz de llevar a los cuatro miembros de mi familia innumerables veces de viaje por aquellas viejas y complicadas carreteras desde tierras castellanas hasta Andalucía. Y Despeñaperros para arriba, Despeñaperros para abajo, nunca dio un solo fallo en las casi dos décadas que estuvo bajo sus mandos.
Eran otros tiempos en los que las cosas se fabricaban para que durasen, para que el cliente estuviera orgulloso de haber gastado su dinero en esa marca concreta. Tiempos en los que cada fabricante mantenía su esencia y buscaban la calidad y la fiabilidad.

Me pregunto si no está ocurriendo esto mismo en algunas casas ganaderas, la obsolescencia de la casta. Que sí, que la casta existe y no es otra cosa que la bravura y la fiereza que corre por la sangre de los animales de lidia.
A todos nos gusta ver un toro viniéndose de lejos, obedeciendo los toques, embistiendo con el hocico abajo queriéndose comer las telas, con recorrido, y con cierto punto de nobleza, pero todo esto carece de sentido, y sobre todo de emoción, con la ausencia de la casta.
Lo peor es que esta obsolescencia parece ser una imposición, una obligación para todo ganadero que pretenda seguir teniendo un negocio mínimamente rentable. Los que no pasan por el aro y prefieren ser fieles a la esencia del toro bravo en general y a la de su encaste en particular, con suerte les tocará lidiar unas pocas corridas en ese mal llamado segundo circuito, mandar muchos de sus toros a las calles, y en el peor de los casos ser carne de matadero hasta su extinción.

Falsos toristas que, algunos por conveniencias particulares y otros por adoctrinamiento, insultan a todo lo que huela a Domecq o a figuras del toreo, están ustedes muy lejos de mejorar nuestra Fiesta.
Verdaderos puristas, tienen todo mi apoyo y agradecimiento por luchar de forma incansable por la vuelta de esa indispensable diversidad, esa imprescindible emoción y el verdadero toreo, ese que se viene cayendo a pedacitos desde hace ya bastante tiempo.
Ganaderos, apuesten por  la clase, la entrega y el aguante de sus animales, pero no se olviden de la casta, la base fundamental de esos animales que ustedes crían.

El éxodo de aficionados de las plazas es un hecho mucho más fehaciente que aquel de los hebreos huyendo de Egipto en el siglo XIII a.C. El problema es que aquí no tenemos un salvador que nos guíe ni una tierra prometida a la que exiliarnos.
A tiempo están de frenarlo, si es que quieren…

Alberto CH - @alberto_chps







viernes, 5 de diciembre de 2014

JOSÉ TOMÁS ¿REALIDAD O MITO?

Pies clavados en el suelo, riñones metidos, postura erguida, tez seria, actitud sosegada e inmutable, sin rectificar un solo centímetro. Sin aspavientos ni desplantes llamativos, dirigiendo a su cuadrilla con una sola mirada. Sin la necesidad de mancharse las rodillas de arena sino la taleguilla de sangre del burel para transmitir esos profundos sentimientos que sólo surgen fruto del verdadero toreo.

¿Qué decir de alguien sobre lo que ya está todo dicho y escrito? ¿Cómo reflexionar sobre algo que evoca más sensaciones que palabras? Difícil…

Tuvo que ser un veinte de agosto de hace ya treinta y nueve años y tres meses cuando vino al mundo un hombre capaz de darle verdadero sentido y significado a la tan denostada palabra TORERO. Un artista con la capacidad de conmover en absoluto silencio y en total soledad, aun estando rodeado de miles de fervientes almas con los cinco sentidos puestos en su efímera pero eterna obra. Pero él, a lo suyo.
Y lo suyo es TOREAR, lo suyo es afligir, causar tanto miedo e inquietud en los tendidos como excelsas e inolvidables emociones. Lo suyo es el triunfo, salir por la gloriosa puerta grande o por la lúgubre cancela de la enfermería. Y es que lo suyo es la VERDAD, sin medias tintas.


Foto: elcorreo.com


Dijo don Juan Belmonte que se torea como se es. Aun a riesgo de ser arrojado a los perros, reconozco que nunca creí en esa frase, pues todos hemos visto a personas non gratas convertirse en grandes toreros y a otras maravillosas incapaces de alcanzar las condiciones necesarias para llegar a ser algo en el mundo del toro. Pienso que el Pasmo de Triana lo dijo como pura y dura autodescripción (él sí toreó como era: valiente, transgresor y auténtico) y no generalizando. Pero éste sí hace honor a esa frase. José Tomás Román Martín, hombre honesto, discreto, sincero y humilde; igual que torea, con la verdad y el pecho por delante cueste lo que cueste.

¿Realidad o mito? 
Yo diría que José Tomás es una realidad, tanto como la exaltación, la conmoción, la pasión, el dolor y hasta el enfado que en mí ha causado muchas veces. Tanto como sus litros de sangre derramados en la arena o sus 7 puertas grandes 7 en la primera plaza del mundo.
Una realidad que todos menos él hemos querido convertir en mito, unos para bien y otros para mal. Pero él, a lo suyo…

Como mito que es, o queremos que sea, crea a su alrededor todo tipo de rumores, historias y patrañas, la mayoría para alimentar el ego de escribientes profesionales, aspirantes a profetas que se ven frustrados ante el silencio y la discreción del Maestro.
Que si estará no sé dónde, que si reaparecerá no sé cuándo, que si matará tal o cual ganadería… Pero él, a lo suyo…

Hay quien le acusa de vivir de las rentas de su ilustre pasado, de exigir demasiadas condiciones, de no medirse a toros duros ni al resto de figuras, de no querer torear en plazas de verdadera relevancia o de negarse a ser televisado. Algunos dicen que lo hace por miedo a que se pongan en evidencia su carencia de técnica y sus errores y caerse así ese mito, esa nube en la que entre todos le hemos subido, pero no olvidemos que él manufacturó con su inconmensurable talento, con su sudor y con su sangre la infinita escalera por la que le impulsamos.
También le recriminan las poquísimas corridas que torea en cada una de las últimas temporadas y todas ellas en esas condiciones tan especiales y cuidadosamente escogidas por él, queriéndole quitar por ello el título de figura del toreo.

Otros profesan una religión de la que él mismo es ateo, el tomasismo. Un dogma basado en una fe ciega que hace invisibles todos los defectos del torero y defendibles todos sus errores. Quienes tienen estas férreas creencias en su dios siempre van al tendido (o al callejón, dependiendo del caso y del nivel de amiguismo o de fama de cada cual) con la predisposición de agitar los pañuelos blancos al viento tras cada faena, sin haberse fijado de forma más o menos objetiva en lo allí acontecido, tan sólo viendo aquello desde un cirro de emoción y belleza. Aunque pensándolo bien, en este aspecto no hay demasiada diferencia con los istas del resto de toreros.

Tratando de ser objetivo, no cabe duda de que José Tomás ha marcado una época en el toreo, ha creado afición, ha movido masas (y lo sigue haciendo), ha sido y es referente de muchos jóvenes aspirantes a vestir ese sagrado y luminiscente traje que tantas tardes ha honrado al enfundárselo.
A día de hoy es el único capaz de llenar las plazas hasta la bandera, de crear infinitas colas de aficionados rodeando los cosos para hacerse con su entrada pasando para ello una noche, o incluso dos, al raso.
Por conseguir, hasta ha conseguido poner el toreo como noticia de relevancia en los medios generalistas que tanto han denostado nuestra afición en los últimos tiempos.

Por todos es sabido que es sobrino nieto de Victorino Martín, el Cateto de Galapagar, ese viejo sabio que creó casi de la nada tan emblemática ganadería y tan prestigioso hierro.  
Pero la afición le viene a José Tomás por parte de su abuelo Ceferino, al que quizá le debamos el haber coincidido en el tiempo con uno de los mayores y mejores toreros de la historia.
En México comenzó todo. Allí se fue a hacerse torero, huyendo del tramposo y nefasto sistema implantado en nuestra piel de toro que le hacía pagar por torear novilladas. Y fue precisamente en la capital del reino azteca donde tomó la alternativa en diciembre de 1995, de manos de Jorge Gutiérrez.
No sé quién tuvo más suerte, si “Mariachi” de Xajay por convertir en matador de toros a un hombre llamado a la gloria y la eternidad, o “Ingrato” de Parladé, último toro en ser indultado por el genio de Galapagar en su gloriosa encerrona en Nimes en la mañana del 16 de septiembre de 2012.


"Ingrato" de Parladé volviendo a chiqueros tras ser indultado por José Tomás.
Foto: semana.com


Todavía hay quien asegura que José Tomás carece de técnica, y que ésta es la causa de sus numerosas volteretas, cornadas y sustos.
Yo no lo creo. Pienso que una de sus mayores virtudes y una de las muchas cosas que le hacen único es supeditar la técnica (que por supuesto la tiene) a la VERDAD, esa que le hace pisar terrenos que sobrepasan los límites de lo comprometido, lo peligroso y a veces hasta lo cabal.
Hasta los trapazos, que también los pega (y muchos), cobran sentido y emocionan en esos terrenos donde el que manda es el toro, en esos terrenos donde se mata o se muere.

Otro de sus sellos de identidad que más valoro es su independencia, esa que le hizo ser pionero en poner en su sitio a los cuñadísimos regentes de la Real Maestranza de Sevilla, pero en silencio, sin comunicados ni ruedas de prensa.
Desde febrero de 2013 cuando decidió prescindir de su autárquico apoderado Salvador Boix, él mismo dirige su carrera con la inestimable ayuda de su hermano Antonio.

He tenido el privilegio de verle torear esta temporada y siendo objetivo y justo, he de decir que no es el mismo José Tomás que cortaba tres o cuatro orejas en Madrid, aunque también debemos entender que los años y las cornadas lastran cada vez más. Pese a no ser quien fue, es innegable que mantiene esa esencia y esa autenticidad que siempre fueron su sello.
Quizá siga mermado físicamente, como algunos aseguran, de la brutal cornada sufrida en Aguascalientes en 2010, quizá esté falto de motivación, quizá ahora tenga otras prioridades en la vida por encima del toreo, o quizá sea un cúmulo de todo ello.

Maestro, toree donde y cuando usted quiera, se ha ganado con creces el privilegio de poder elegir o, mejor dicho, exigir cómo llevar su carrera. Seguirá llenando plazas y formando interminables colas. Seguirá creando afición, ilusión y economía en las ciudades. Seguirá teniendo tanta repercusión y poniendo al toreo en la palestra de esta moderna y superficial sociedad.
Maestro, toree donde y cuando usted quiera, pero toree.


Larga cordobesa ejecutada en Granada (2014)


No se me ocurre mejor forma de acabar esta entrada que con unos versos de mi admirado Manolo Chinato, poeta de la calle y poeta del campo, salmantino de nacimiento y extremeño de corazón, quien sin saberlo escribió sobre la figura del toreo más importante de los últimos veinte años:

Y verás sin duda el resurgir poderoso del guerrero
sin miedo a leyes ni a nostalgias
y lo verás caer una y mil veces y levantarse de nuevo,
con la pura bandera de su raza.


Alberto CH - @alberto_chps