La reflexión es lo único que se puede aportar a aquello sobre lo que ya está todo escrito.
Aquí se habla de toros y de la vida, como en las viejas tabernas.

domingo, 25 de octubre de 2015

EL TOREO ES AHORA

Ahora que está de moda denostar lo que la mayoría aclama para dejar bien claro que somos políticamente incorrectos, y que ir a contracorriente nos hace ser (o parecer) diferentes e interesantes.
Ahora que está bien visto pitar lo que el resto del mundo, de ese mundo nuestro hecho de duro cemento numerado, aplaude con fervor.
Ahora que esa épica vacía, preparada y superficial se vende y se compra a precio de oro.
Ahora que se jalea que un aprendiz le reste protagonismo a un maestro de forma premeditada y casi ruin en la primera plaza de toros del mundo.
Ahora que el futuro viene impuesto por los cuatro mangantes magnates de siempre, y no por la calidad de los toreros ni los verdaderos gustos del aficionado.
Ahora que es tan fácil querer bajar de un plumazo de los altares al infierno a un hombre que apostó tan alto como ninguno y perdió. (Después, seguiremos pidiendo apuestas y retos).
Ahora que los del otro lado han conseguido meternos en una guerra y entretenernos en ella, y que aun siendo más, estamos siendo derrotados por tener menos y peores armas y capitanes.
Ahora que políticos de pueblo con rodilleras se atreven a tratar de prohibir una parte indispensable del patrimonio artístico, cultural e histórico de nuestro país y de sus ciudadanos.
Ahora que se valora más la preocupación por el "bienestar" de los animales que por el de nuestro propio vecino de escalera.
Ahora que cualquier aficionado o aficionadillo con estómago agradecido y poca dignidad se hace llamar crítico o fotógrafo taurino mientras son "contratados" por diversos medios especializados.
Ahora que en la prensa ya no manda la verdad sino los intereses de los patrocinadores.
Ahora que es más fácil criticar a la autoridad de una plaza que la mala colocación de una estocada.
Ahora que se impone que el triunfalismo debe de estar por encima de la objetividad y de la propia realidad.


Quizá ahora sean tiempos difíciles para entender esto de la tauromaquia, y fáciles para replantearse el porqué de esta afición.

Pero ahora, justo ahora, llegan toreros "modestos" como Paco Ureña, Fortes, Rafaelillo o Diego Urdiales para recordarnos que el toreo es pura verdad, dureza, emoción, y una constante lucha por la supervivencia. También nos han recordado que los despojos a modo de trofeo se acaban pudriendo, mientras que las faenas caras y entregadas perduran en la memoria y los corazones durante siglos. Que la verdad, la verdadera verdad -permítanme tanta redundancia- transmite más que el triunfalismo. Que en el toro, la admiración y los contratos se ganan tarde tras tarde. Que habiendo materia prima y actitud inquebrantable, la esperanza de llegar arriba, de ser valorado y requerido por la afición y empresas, nunca puede perderse.

Ahora, finalizada la temporada, es hora de hacer balance, cada uno el suyo.
Yo, como aficionado, me quedo como siempre con lo positivo, y es que pese a tanto pelele vestido de luces, tanta afición incongruente, tanta injusticia en los despachos, tanto infiltrado que avanza más rápido de rodillas que de pie, tanto pirata y tanta miseria, el toreo, el que yo entiendo como tal, está vivo, y mucho.

Fortes contra viento y marea. (Foto: El Mundo)

Paco Ureña roto de emoción durante su magistral tarde en Madrid

Rafaelillo tras una memorable faena a uno de Miura

Diego Urdiales tras cuajar la faena de su vida en Bilbao (Foto: EFE)


Y todo por entender que lo importante es el ahora, y no vivir de las rentas del pasado ni de un futuro asegurado actuando como cromos que se intercambian en los despachos de esos mangantes magnates y dueños de la tauromaquia.

El toreo es el arte más efímero de cuantos existen. El toreo es ahora.

Alberto CH - @alberto_chps

lunes, 10 de agosto de 2015

LA VIOLENCIA NO ES EL CAMINO

Tras vivir en el día de ayer los incidentes acontecidos en la plaza de toros de Marbella, me doy cuenta de que no sólo los antitaurinos sesgan y manipulan la información en pro de su negocio y de su cuento.
También lo hace la prensa taurina, y de forma más flagrante aún, los portales de internet, esos que están mantenidos por los toreros a los que defienden incluso en situaciones indefendibles.

Esto es lo que verdaderamente ocurrió:

Tras la muerte del tercero de la tarde, al que Talavante le cortó una oreja, saltaron al ruedo dos conocidos antitaurinos: el holandés Peter Janssen y el gaditano Pedro Torres.
Nada más saltar, dos integrantes de la cuadrilla de Morante de la Puebla fueron tras el gaditano, aparentemente para interceptar su intento de alteración del orden público, pero no les bastó con eso. Una vez le tenían sujeto, la emprendieron a puñetazos con él, algo que se está obviando en todas las publicaciones que he leído hasta ahora.

Paralelamente, y justo en la otra punta de la plaza, la policía ya tenía detenido al holandés, y mientras le sacaban de la plaza, un miembro del equipo del diestro de La Puebla le agredió, motivo por el que el delegado de la autoridad y la policía trataron de sancionarle y sacarle de la plaza (como bien dicta tanto el Reglamento de Espectáculos Taurinos como la legislación penal).
En ese momento, su jefe de filas (acompañado por su apoderado) se fueron como locos a evitarlo, increpando a las autoridades, incluso llegando a forcejear seriamente con el delegado y la policía en varias ocasiones. La refriega duró varios minutos.

Finalmente, y tras estos penosos hechos, la autoridad decidió proponer para sanción por un lado a los antitaurinos que asaltaron el ruedo, y por otro a los miembros de la cuadrilla de Morante que agredieron a los primeros, hecho que causó aún más rabia en el diestro.

Tras cuajar una gran faena en el quinto toro de la tarde y segundo de su lote, el de La Puebla quiso dejar claro su descontento lanzando la muleta con desprecio y negándose a matar al toro, mientras le hacía gestos al presidente del festejo indicándole que diera ya los tres avisos, que no iba a matar al toro, por voluntad propia (hecho que suponía otra sanción).
El buen astado de la ganadería de Benjumea permaneció varios minutos a solas en el ruedo, hasta que a Talavante se le ocurrió salir a lancearlo de capote antes de que sonaran los tres avisos, para después llevarlo hacia la zona de chiqueros, una vez que sonó el tercer y definitivo clarinazo.

Al finalizar la corrida, tanto Francisco Rivera como Talavante tenían el derecho de salir por la puerta grande del coso marbellí, tras haber cortado ambos una oreja a cada toro de su lote, pero decidieron no hacerlo y salir a pie por la puerta de cuadrillas junto a su compañero Morante de la Puebla, en señal de solidaridad.

No seré yo quien defienda jamás los ataques antitaurinos, pero tampoco seré quien tape el vergonzoso espectáculo que protagonizaron unos señores vestidos de toreros, mientras los medios de "información taurina" cambian la versión de los hechos a su conveniencia y engañan a la afición.

Es tan triste como patético tener que ver a toreros golpeando a un tío (sea antitaurino o no) como si fueran matones de discoteca, delante de miles de personas, entre ellas muchos niños, como no es menos triste y menos patético ver a un figurón del toreo como Morante de la Puebla seriamente enzarzado contra la autoridad, para después decidir no matar a un toro (acción por la cual se le había pagado su jugoso salario) supuestamente en protesta por una acción que él mismo, en parte, había provocado.

Ahora todos los portales, y en consecuencia gran parte de la afición, le echan la culpa a la policía y a la autoridad de la plaza, por no actuar de la forma adecuada, dicen.
En primer lugar, si la policía hubiera actuado de la forma adecuada, habrían sido mucho más contundentes con el diestro sevillano y con su cuadrilla, ya que con la ley en la mano, los hechos que provocaron, eran más que suficientes no sólo para sancionarles, sino para, como mínimo, impedirles continuar en la plaza de toros ejerciendo su profesión.


Repito que no seré yo quien defienda a los antitaurinos ni a sus ilícitas acciones que intentan coartar nuestra libertad, pero obviando la verdad no vamos a acabar con esta lacra, además de hacer un flaco favor a la imagen del toreo y de todos los taurinos.

Hay muchas formas de defender lo nuestro, y ninguna de ellas pasa por la violencia. Si estas figuras y sobre todo sus apoderados-empresarios tuvieran los mismos arrestos para defender lo suyo como hay que hacerlo (con los mejores equipos jurídicos y de comunicación y marketing), otro gallo cantaría.

Leo y oigo a mucha gente defendiendo a los toreros por lo ocurrido. Pues aun a riesgo de ser criticado y de tener que oír cien veces eso de ¿pero tú de qué lado estás? (al fin y al cabo, cada uno cree sólo lo que quiere creer, se le explique lo que se le explique), yo digo alto y claro que si la forma de defender lo nuestro es haciendo uso de la violencia (además innecesaria y pública), yo me quito de esto, y me quito hoy mismo.

Todo mi apoyo a las hoy denostadas autoridades que ayer actuaron en el coso de Marbella, sólo hace falta echar un vistazo a la ley para ver que hicieron una intervención ejemplar, y que demasiado pacientes fueron con Morante y los suyos.
No son ellos sino los políticos los que deben cambiar la ley para que el castigo a los antitaurinos que cometen este tipo de actos sea más contundente.

Los cojones, en la cara del toro. Y para defender esto, rigor, lucha, unión e inversión.

Alberto CH - @alberto_chps



martes, 4 de agosto de 2015

VÉNDEME ESTE BOLI

Eso era todo lo que necesitaba decir el mítico corredor de bolsa de los años noventa Jordan Belfort (cuya vida fue llevada magistralmente al cine por Martin Scorsese y Leonardo DiCaprio) para saber si un aspirante a trabajar en su multimillonaria empresa era o no apto para el puesto.
Véndeme este boli. Qué frase tan corta y aparentemente sencilla. Pues pocos, muy pocos, eran capaces de responder de forma convincente y de venderle ese boli a aquel excéntrico ricachón.
Jordan es muy consciente de que en la vida, por muy bueno que sea algo, si no se sabe vender a la sociedad, no tiene ningún valor y está destinado a desaparecer.

Nosotros, simples mundanos, tenemos un patrimonio histórico, artístico y cultural incomensurable que estamos dejando perder precisamente por no saber -o no querer- venderlo. Evidentemente, hablo de la tauromaquia, un bolígrafo de oro, heredado de generación en generación, por lo menos, desde el año 815 (fecha en la que la mayoría de historiadores sitúan al primer espectáculo puramente taurino formalizado).

No puedo evitar preguntarme por qué el toreo es tan difícil de vender y de comprar en la actualidad, y la respuesta es sencilla: porque los encargados de venderlo, algunos no saben y otros no quieren hacerlo. Tenemos argumentos de sobra pero no se muestran, no se hacen llegar a la gente. En definitiva, no se venden.

También me pregunto quienes son los encargados de vender este sagrado bolígrafo de cara a la sociedad, y no me cabe ninguna duda de que éstos no son ni los toreros, ni los ganaderos ni por supuesto los aficionados. Los únicos que pueden -y sobre todo deben- defender esto y convertirlo de nuevo en algo tan normal como necesario en nuestra vida, son sus dueños. Sí, ya sé que el toreo es del pueblo y para el pueblo, pero nos guste o no, tiene dueños, y no son otros que los que se lucran de él.
Hablo de los grandes empresarios taurinos, esos que explotan a toreros, asfixian a ganaderos e ignoran al aficionado. Esos que sólo están dispuestos a recibir y nunca a soltar pasta ni invertir en el futuro de su negocio. Total, qué más da. A esto le quedará tres días, pero en esos tres días nos vamos a llevar hasta los restos.

Existe otro boli, éste de plástico malo y que ni siquiera va cargado de tinta. Es el boli del antitaurinismo. Un boli que, sin embargo, se está vendiendo muy bien, y no precisamente por su calidad, sino por quienes y cómo lo están vendiendo.
Son poca gente que saben cómo hacer para parecer muchos, que conocen las técnicas de venta a la sociedad y los métodos de presión a los políticos. Gente respaldada por diversas organizaciones internacionales que persiguen su mismo fin, no por motivos morales, pues en sus países ni tan siquiera existe el toreo, sino movidos únicamente por el ánimo de lucro.

Para muchos de nosotros es ya un secreto a voces que este rollo animalista de los antitaurinos profesionales no es más que un negocio, cada vez más extendido y cada día más aceptado y apoyado por más personas que se tragan su discurso y que desconocen sus verdaderos fines.
Pero al fin y al cabo, no lo hacen mal. Tienen un negocio (por muy sucio que sea) y lo saben vender, mover y publicitar, siendo pocos y sin demasiados medios. Como buenos comerciantes, invierten dinero para acabar recogiendo más, saben encontrar financiación para su defensa y publicidad, y hasta crean partidos políticos para tener más fuerza dentro de las administraciones públicas.
También saben cómo convencer -o comprar- a los medios de comunicación (la fuente más poderosa de adoctrinamiento de masas) para que diseminen su mensaje -a veces de forma subliminal y otras de forma descarada- a diestro y siniestro.

¿Y qué hacemos nosotros? Nosotros nos reímos de los antitaurinos, o lo intentamos, con comentarios jocosos o fotos en internet, sin pararnos a pensar que son ellos los que se ríen de nosotros en silencio mientras ven como se van cerrando plazas de toros y como se van reduciendo festejos a pasos agigantados.

Esos peces gordos del toreo que deberían llevar años defendiéndolo y sobre todo vendiéndolo, se dedican a seguir con sus tejemanejes empresariales, como si nada de esto estuviera pasando, como si no se estuviera atacando a la tauromaquia, a su negocio.

Se me ocurren pocas cosas tan fáciles de vender como el toreo, un bolígrafo de la más alta calidad, cargado de verdad, emoción e historia, y que deja en el papel un trazo inigualable. Un boli capaz de hacer sentir al que con él escribe como si fuera el mismísimo Gabriel García Márquez, y algo que la sociedad lleva comprando compulsivamente desde hace cientos de años. Pues ni aun así son capaces de hacerlo, algunos por incompetencia y otros directamente por absoluta y vergonzosa dejadez. Una dejadez maliciosa, con premeditación y alevosía. Una dejadez insultante para los muchos millones de aficionados que les hacemos ricos.
Tienen los argumentos, tienen la forma y tienen los medios, muchos más que los del otro bando, pero ya sabemos que su misión es la de ganar y nunca la de invertir, gastar o arriesgarse a perder.

Todo esto ha propiciado la aparición de falsos gurús que intentan convencernos de que ellos son los elegidos para salvar la tauromaquia. Y lo hacen pidiendo la unión de los aficionados (como si no hiciéramos bastante sacando adelante este negocio sin ser escuchados ni respetados) y denunciando que los animalistas son financiados desde el extranjero -de forma lícita- y que están organizados para su causa. ¿Y si en lugar de denunciar esas cosas, instáramos al sector taurino a copiarlas?

Toreros, a torear (los que puedan). Ganaderos, a criar toros de lidia (los que les dejen). Aficionados, a llenar las plazas (los que puedan y quieran, cada vez menos). Empresarios, peces gordos, dueños del toreo... dejen de mirar para otro lado y de echarle la culpa de todo a la política, y pónganse ya a trabajar para defender su feudo y promocionar su negocio, y si no son capaces de hacerlo, paguen a los mejores para que lo hagan. Inviertan en su propio futuro y no dejen en la estacada a sus clientes que, dicho sea de paso, viven esto con mucha más pasión que ustedes mismos.
¡Vendan el maldito boli!

VÉNDEME ESTE BOLI

Alberto CH - @alberto_chps




domingo, 14 de junio de 2015

UN PERRO LLAMADO "TAUROMAQUIA"

Había una vez un perro llamado "Tauromaquia". Un perro grande, bello, imponente y de pelo lustroso. Un perro admirado por la mayoría de las gentes del pueblo, quienes estaban encantados de poder verlo de cerca, acariciarlo, sentir su grandeza y poder presumir de él.
Sus dueños le alimentaban bien, le acicalaban con mimo, le respetaban y le sacaban a pasear varias veces al día para que todo el mundo pudiera disfrutar de su bella estampa.
Los niños del pueblo corrían cada tarde para poder ver a "Tauromaquia". Sus dueños les dejaban acercarse a él. Al fin y al cabo, esos pequeños eran el futuro de la manuntención de su animal.

Poco a poco, ese perro fue perdiendo el respeto de sus amos. Cada vez le sacaban menos y le alimentaban peor. En consecuencia, los vecinos ya no podían salir tanto a la calle como antes a darle sus caricias y a regalarle su hueso de jamón. Los niños empezaron a perder el interés en el perro y empezaron a correr tras una pelota mientras soñaban que algún día serían futbolistas.

"Tauromaquia" pronto empezó a decaer. El que antaño fuera el más bello de todos los perros, parecía un animal enfermo, escuálido, desatendido e indefenso.
Sus propios dueños se habían convertido en sus pulgas, garrapatas y demás parásitos perrunos. Parásitos con nombres y apellidos, parásitos con traje y corbata. Parásitos que llevaban ya muchos años chupando hasta la última gota de sangre del pobre "Tauromaquia" con el único fin de ser cada vez más poderosos a costa de su propio animal, ése del que dependía su futuro y el de sus generaciones venideras y que a tanta gente emocionaba.
Pero la misión de los parásitos es la de chupar sangre como si no hubiese un mañana, sin preocuparse lo más mínimo ni por el futuro de su cánido huésped ni por los muchos vecinos que le admiraban y le sostenían.

Rápidamente llegaron esos cobardes que adoctrinan a masas atacando sin pudor a ese animal al que ya nadie defendía, a "Tauromaquia", llegando a calar su mensaje en buena parte del tan moderno como ignorante pueblo.
Sus amos ya eran sus parásitos, y de los cada vez menos admiradores que iba teniendo el pobre perro, sólo un puñado eran capaces de defenderlo, sin demasiado efecto, pero con mucha valentía.

Y así hemos llegado hasta el día de hoy. "Tauromaquia" es ya un perro vulnerable y está herido de gravedad.
Sus costras, su delgadez, su aspecto famélico y su suciedad es producto de largos años soportando sobre su dura piel tantos parásitos que se reproducían con gran facilidad y de forma vertiginosa.

Esos cobardes que le atacan en nombre del animalismo, jamás se habrían atrevido a hacerlo cuando "Tauromaquia" era aquel perro grande e imponente que todo el pueblo admiraba y veneraba, y cuyos amos le defendían con uñas y dientes.




De repente, irrumpe con fuerza en la política local y autonómica la izquierda.
Una izquierda históricamente ligada a ése que fue un gran perro, aunque muchos quieran negarlo ahora.
A día de hoy, una buena parte de los electores de esa izquierda se muestra contraria al ya demacrado y consumido "Tauromaquia" y los políticos electos lo tienen realmente fácil para acabar con ese indefenso chucho que aún seguimos admirando muchos.
No lo hacen por principios, ni por moral, ni por una cuestión de ecologismo ni animalismo. Lo hacen simplemente para contentar a su electorado.
Les basta una simple patadita para rematar a ése que ya habían matado los mismos que estaban llamados a defenderlo pero se dedicaron a explotarlo y sacarle hasta la última gota de su sangre para llenar sus estómagos y sus carteras.

Es evidente que es una canallada intentar acabar a golpe de decreto con algo que mueve y conmueve a muchos millones de personas en todo el mundo. Es inmoral, indigno y propio de dictaduras.

Pero, yo me pregunto: ¿Quienes son más culpables? ¿Los que llevan matando cruel y lentamente a su perro desde hace más de cuarenta años por sus propios intereses o los políticos que para complacer a buena parte de sus electores tan sólo tienen que rematar lo que ya han matado sus propios amos?

Me resulta curioso lo fácil que es evadir responsabilidades y echar la culpa de todo a esos que llaman "perroflautas" cuando ellos mismos les han servido en bandeja de plata la cabeza de su can a base de inoperancia, pasividad, egoísmo, vanidad, avaricia e incompetencia.

Como me dijo ayer un tipo al que admiro mucho: Qué pena, con la verdad que esto tiene y que muera de mentiras...

Alberto CH - @alberto_chps


viernes, 15 de mayo de 2015

JIMÉNEZ FORTES, PALABRAS MAYORES

Palabras mayores las que nos dedicó en la tarde de ayer Saúl Jiménez Fortes, hombre de Málaga, torero de Salamanca.
Palabras mayores fueron las que pronunció dedicando su actuación a David Mora, su compañero de cartel en la corrida de los tres heridos aquel 20 de Mayo de hace casi un año en esa misma plaza, cuando un cinqueño de El Ventorrillo salía como un tren por la puerta de chiqueros para partirle la femoral mientras el madrileño intentaba sortearlo a portagayola. Y allí, en el mismo lugar de aquella desgracia se plantó dos veces Fortes, rodillas en tierra, para "espantar a los fantasmas del pasado". Palabras de Saúl, palabras mayores.

Fue el sexto de la tarde, un tráiler de 640 kilos, el encargado de hacernos pasar un trago de los gordos. Un cabrón (con el peso de siete cabrones) que tan sólo humilló una vez y fue para armarse de puntería y atravesar con su pitón izquierdo el cuello de Saúl de lado a lado cuando, tras una desafortunada voltereta, le dejó sobre el albero boca arriba y a su merced.
Ese maldito pitón era de Droguero, de Salvador Domecq, una bestia que quiso presentarle a Fortes a la mismísima Parca. Durante unos inciertos y larguísimos segundos, todos la vimos. Plantada allí mismo, con su guadaña. Todos menos el torero, que despreciando su presencia, se echó la mano a la herida, se puso en pie y fue llevado a la enfermería para decirle a don Máximo García Padrós -ángel de la guarda de los toreros- mientras se tragaba su propia sangre: "doctor, écheme unos puntos que salgo a torear". Palabras mayores.
Algunos dirán que es inconsciencia, otros que la adrenalina del momento, pero no. Eso tiene nombre y se llama vergüenza torera. La misma vergüenza torera que ya había demostrado en el primero de su lote, el que hacía tercero de la tarde y al que le arrancó una oreja a base de valor, verdad y actitud.

Si en el sexto toro nos recordó a todos los aficionados la fragilidad de la vida y la grandeza y la absoluta verdad del toreo, en el tercero ya nos había recordado otra cosa fundamental: en esto del toro no todo es teoría y dogma. Que si pata pa' alante, que si pata pa' atrás, que si pico, que si colocación, que si de frente, que si de perfil... Allí se plantó Jiménez Fortes, tragando viento, en esos terrenos donde el que manda, coge y mata es el de las patas negras, o en este caso castañas, para sacarle unas tandas, tan lejos de la "perfección" para esos teóricos del toreo como cerca de la verdad, el valor, el compromiso y la demostración de querer ser figura del toreo, a cualquier precio.
Oreja de ley a sus cojones, a su actitud y a su forma de entender esto. El toreo, al fin y al cabo, son sensaciones y sentimientos y no tiene manual de instrucciones.

Mucho se habla del capotillo de San Fermín, ese que tantas veces ha salvado a corredores y toreros en las sagradas fiestas de Pamplona, pero ayer fue San Isidro el que echó un capotazo, y de los gordos. Ese grueso pitón pasó por todo el gaznate de Saúl sin romper la carótida, la yugular, la tráquea ni las delicadas vértebras cervicales. Un pitón que pareció estar milimétricamente guiado por el santo Patrón de todos los madrileños y agricultores quizás para que hoy, su gran día, todos nos acordemos un poco más de él.

Del día de ayer me quedo con esos valores que vino a demostrarnos y a recordarnos un TORERO que es imparable y que va para figura: Compañerismo, sensibilidad, compromiso, valor, actitud y vergüenza torera. Palabras mayores.


Foto: Álvaro Marcos para Las Ventas

#FuerzaJiménezFortes


Alberto CH - @alberto_chps










domingo, 3 de mayo de 2015

¿LIBERTAD DE PRENSA?

Hace 22 años que la ONU proclamaba el 3 de mayo como Día Mundial de la Libertad de Prensa. Lo hizo a iniciativa de la UNESCO con la idea de propugnar una prensa libre e independiente como derecho fundamental y universal de todos los ciudadanos y profesionales del medio ante la censura de algunos regímenes políticos que, por desgracia, aún gobiernan en muchos países de nuestro planeta, y también ante la censura que ejercen a golpe de fusil esas mafias que, en muchos casos, están detrás de estos gobiernos.

Afortunadamente, en España hace ya 37 años que se reconoció constitucionalmente la libertad de prensa como un derecho fundamental y, en efecto, ya no existe un dictador cargado de galones ni la figura del censurador, ése cuyo trabajo consistía en revisar toda publicación periodística, artística y literaria para darle el visto bueno, ordenar reformarla para amoldarla al gusto del régimen o directamente censurarla.
Aquellas prácticas, además de suponer un flagrante ataque a la libertad de expresión (la cual tampoco era reconocida), dieron lugar a la segregación de periodistas y escritores. Algunos decidieron obedecer las órdenes impuestas adaptándose a la línea que les marcaron, otros siguieron escribiendo con la dignidad -y los cojones- por bandera a sabiendas de que aquello les costaría como mínimo la cárcel, otros se exiliaron a países democráticos desde donde podían seguir haciendo aquello que tanto amaban y otros, directamente tuvieron que dejar de ejercer su profesión.

Yo me pregunto: ¿Realmente han cambiado tanto las cosas?
Quizás la figura de aquel dictador galoneado con censuradores a su cargo haya sido relevada por los patrocinadores y directivos de los propios medios de comunicación que marcan una línea muy señalada a los periodistas, si es que éstos quieren seguir ejerciendo su profesión.
Quizás también la acción de esas mafias que censuran a golpe de fusil en muchos lugares del mundo, sean lo equiparable en nuestro país a empresarios y peces gordos que tratan de callar -si no a golpe de fusil, a golpe de mordaza-  a todo aquel que ose publicar verdades incómodas que puedan perjudicarles.



Echemos un vistazo al periodismo taurino:

Veo muchos portales, revistas y programas de radio o televisión de contenido taurómaco cuya supuesta pretensión es dar información objetiva y veraz al lector, oyente o televidente. Sin embargo, entro a leer, escuchar o ver y rápidamente me doy cuenta de que aquello no es un artículo, crónica o columna de opinión, sino un publirreportaje dedicado a algunos toreros, ganaderos, empresarios o lo que toque, según los intereses del medio.
Esto es lo que hay, letras escritas desde los intereses particulares, desde el ánimo de lucro y de promoción. Letras escritas en muchos casos por "becarios" (juniors o seniors) que lo hacen encantados a cambio de una entrada para los toros, si es de sombra, mejor.

Y como nada ha cambiado tanto, esto también ha hecho que los profesionales del sector se dividan. Como en todos los oficios, periodistas los hay buenos, regulares y malos, pero lo que les diferencia más allá de su calidad literaria y su sapiencia taurina es su dignidad y amor propio (y a su profesión).

Vemos a viejos perros aferrados a su trono desde el cuaternario dirigiendo programas y retransmisiones de televisión y radio, cuyo único mérito es el de seguir esa línea tan marcada dictada por sus jefazos y patrocinadores. Algunos de estos son defendidos por sus simpatizantes con el argumento de que son buenos comunicadores o que saben mucho de toros. Y digo yo, si después de 40 años en esto no saben de toros o no saben comunicar (que algunos hay) es ya para echarles a los leones. No es cuestión de saber o comunicar más o mejor, sino de tener la dignidad de querer dar una información veraz y objetiva de lo que ocurre, de cumplir con el código deontológico de su oficio.
Alguno de ellos, como el director de contenidos taurinos de Telemadrid, no sólo finge tener una absoluta libertad de prensa, sino que la sobrepasa y comete fantasmadas innecesarias como la de pronosticar en plena retransmisión  la gravedad y el tiempo de recuperación de una cornada con el matador aún en la plaza y en pie, como ocurrió ayer. A algunos les parecerá una estupidez pero a mí, personalmente, me parece una barbaridad. Paradójicamente, se trata del mismo señor que en sus redes sociales escribe cosas como "Ay, si yo hablara de algunas cosas sobre X torero de las que además tengo pruebas..." dejándolo todo ahí. Oiga, es usted periodista y su labor es la de informar, así que dígalo o cállese, pero no juegue al "yo sé mucho pero me callo" porque eso sólo denota su sumisión, su falta de profesionalidad y el poco valor que le otorga a la palabra periodismo.

Como decía, también vemos a muchos "becarios" (la mayoría sin edad de serlo) que sin cobrar (o cobrando una ridiculez) escriben crónicas y artículos siguiendo el sagrado guión de su medio. Y esto lo aplico tanto a prensa escrita como a gráfica. Lo peor de todo es que son conscientes del daño que hacen a su profesión y a sus supuestos compañeros que sí tienen la dignidad que a ellos les falta, pero les da igual, todo sea por unas entradas, un pase de callejón, o por hacer "buenos contactos".
Creo que nadie mejor que uno mismo para valorar su trabajo: si lo hace gratis es porque considera que no vale nada, si acepta cobrar poco es porque considera que vale poco y si exige una remuneración digna es porque sabe que hace un trabajo digno y de calidad. Y esto es aplicable a todas las profesiones.

Lo preocupante es ver la situación de los buenos y verdaderos profesionales, los que no están dispuestos a pasar por el angosto y oscuro aro de la exigencia, los que no consienten que nadie les imponga cómo, cuándo y por qué crear, los que saben mucho y saben comunicarlo y que además tienen dignidad y respeto a su profesión, esa que un día eligieron empujados por una verdadera vocación, ya sea escribiendo o ejerciendo el noble arte de la fotografía.
Unos pocos se lo montan por su cuenta -con más sacrificio que recompensa- pero la gran mayoría están en el exilio taurino: algunos escribiendo banales sucesos en periódicos de provincias, otros vendiendo cacharros en una tienda... Eso sí, todo por no vender los bienes más preciados del ser humano: su libertad y su dignidad. Al final, el mayor perjudicado es el aficionado al que se le priva del talento de estos dignos profesionales. Lo que nos estamos perdiendo...

En cambio, hay genios en otras artes a los que sí se les da el beneplácito de la libertad de prensa taurina -con sus buenos emolumentos- habiendo descubierto el toreo hace tres días por su amistad y compadreo con los toreros de moda.
Es el caso de Andrés Calamaro por ejemplo, un genio de la música y un nulo conocedor del mundo del toro. Esta mañana me encuentro una columna taurina suya en la edición digital de el diario El País comentando lo sucedido en el día de ayer en Aguascalientes, donde reaparecía José Tomás. Y lo que leo, básicamente, es cómo se jacta de ser muy amigo de Talavante y Morante y de pasearse por los callejones de medio mundo. ¡Ah! y que "San José Tomás" (así le llama en su artículo) estuvo cumbre. Nada más. Eso es todo lo que se aporta en una página taurina de tan valorado diario. Mientras tanto, los exiliados (que podrían haber aportado infinidad de cosas más a los aficionados y no aficionados) en su casa o en su mal pagado trabajo, alejados del taurineo.

Al hilo del anterior acontecimiento taurino, es indudable que la reaparición -y triunfo- del mejor torero de las últimas dos décadas en la plaza donde estuvo a punto de perder la vida es un hecho reseñable, pero también lo era, y seguramente más, la grandiosa corrida de toros que se vivió ayer en la primera plaza de toros del mundo.
En ella pudimos ver la verdad del toreo, esto es, la gloria y la sangre. Sangre derramada por Ángel Teruel y López Simón. Este último, además, también se llevó la gloria. Dejando a un lado si era o no de justicia su segunda oreja, el diestro madrileño dio una lección de vergüenza torera lidiando a su segundo toro herido de gravedad. Un corbatín atado en el muslo a modo de torniquete y una buena dosis de adrenalina y de cojones fue todo lo que necesitó para hacer algo inalcanzable para cualquier otro mortal que no comparta su sagrada profesión.
La gloria entera (y ojalá eterna) fue para Morenito de Aranda, toreando como mandan los cánones con ambas manos, sentido, maduro, valiente, asentado y entendiendo a la perfección a sus oponentes. Lo que le hizo al 5º de la tarde -cortándole las dos orejas- fue simplemente grandioso. Creo que todos los que lo vimos nos quedaremos por mucho tiempo en nuestra memoria un eterno derechazo sencillamente sobrenatural.

Ayer el coso de Las Ventas fue testigo de una tarde de toros de verdad, de las que hacen afición, de las que hace años que no se veían.
Me pregunto por qué esto no ha tenido prácticamente ninguna repercusión en la prensa generalista mientras la noticia del regreso de José Tomás a tierras hidrocálidas ha salido publicada en todos los medios (cosa de la que me alegro enormemente).
El oropel, la fama y los nombres anunciados en los carteles siguen venciendo a la verdad y la calidad de los espectáculos de cara a la prensa.

Desde aquí felicito por el Día Mundial de la Libertad de Prensa a todos los que de verdad luchan por ejercerla, o lo intentan, o lo intentaron. Pero sobre todo les felicito por su absoluta DIGNIDAD. 

Dijo Rodolfo Walsh: "El periodismo es libre o es una farsa". 
Para reflexionar...

#FuerzaÁngelTeruel
#FuerzaLópezSimón

Alberto CH - @alberto_chps





martes, 21 de abril de 2015

NO CANTEMOS VICTORIA

En el día de ayer el diario El Mundo y el blog "La Economía del Toro" publicaban una buena noticia para todos los aficionados a los toros que llevamos mucho tiempo sintiéndonos acosados, insultados e incluso agredidos por grupos antitaurinos en sus manifestaciones realizadas en las cercanías de las plazas de toros.



El problema es la contundencia y la poca veracidad del titular de dicha noticia (quizá escrito para darle una mayor credibilidad) y el subidón de optimismo que esto ha ocasionado en buena parte de la afición.

El titular en cuestión dice así: "PROHIBIDAS LAS MANIFESTACIONES ANTITAURINAS CERCA DE LAS PLAZAS DE TOROS".

Para leer el breve artículo al completo pinche aquí

Vamos a ir desgranando el texto para hacer lo más comprensible posible mi postura sobre la osadía de ese titular que puede llevarnos a engaño.

En primer lugar, una instrucción general, marco o protocolo de actuación de la Dirección General de la Policía no puede prohibir absolutamente nada por sí solo. Es simplemente una directriz de actuación para sus miembros, sometidos en todo caso a los organismos de los que dependen y sobre todo al derecho, mucho antes que a un simple protocolo interno.
El Cuerpo Nacional de Policía (y todas sus actuaciones) depende a nivel nacional de la Secretaría de Estado de Seguridad, organismo perteneciente al Ministerio del Interior, y a nivel provincial, de la Subdelegación o Delegación del Gobierno, dependiendo del caso. Nada tiene que ver con el ministerio que se cita en el artículo (de Educación, Cultura y Deporte) que si bien ha podido participar en la confección de este protocolo de actuación (por el hecho de que la tauromaquia esté bajo su jurisdicción), en ningún caso puede suponer una obligación de cumplimiento por parte del cuerpo policial lo que este ministerio disponga.

En derecho español (un estado democrático) lo único que puede prohibir algo de forma general es una ley o una norma con rango de ley. Y las leyes jamás pueden emanar de un cuerpo de seguridad, sino de las Cortes Generales o en algunos casos concretos del Gobierno de la nación o de las comunidades autónomas.

Puedo entender la alegría -incluso la efusividad- de muchos aficionados que estaban esperando una noticia así como agua de mayo, como puedo entender que muchos se empeñen en creer y defender que esta "falsa norma" va a misa y está por encima del bien y del mal. Pues bien, no quiero ser el aguafiestas de turno, pero esto no es suficiente, es sólo un paso (esperemos que importante) pero, desde luego, con esto no basta. Sigamos.

El derecho de reunión y de manifestación pacífica y sin armas está considerado como derecho fundamental en el artículo 21 de la Constitución Española (ley suprema) y éste dice literalmente que el ejercicio de este derecho no necesitará de autorización, aunque sí de comunicación previa a la autoridad, que sólo podrá prohibirlo cuando existan razones fundadas de alteración del orden público, con peligro para las personas o bienes.
Con los últimos hechos acontecidos queda claro que este tipo de manifestaciones en las cercanías de las plazas de toros sí supone un peligro para el orden público y para las personas y bienes. Aun así, la autoridad competente (Subdelegación del Gobierno o Delegación del Gobierno, dependiendo de la provincia en que se trate) debe estudiar cada caso en concreto por separado para prohibir o modificar la propuesta de los organizadores de cada manifestación, y en ningún caso pueden prohibirlas de forma general. Recuerden que el Cuerpo Nacional de Policía están bajo el mando de estos órganos y por mucho protocolo interno que hayan acordado, si la propuesta de manifestación es aceptada por la autoridad competente, la Policía no puede prohibir su celebración y sólo podría hacer acto de presencia para que no se alterase el orden público (llegado ese caso, sí podría -y debería- disolver la manifestación).

La única forma de poder prohibir las manifestaciones en las cercanías de las plazas de toros de forma general sería creando una ley que así lo dictara expresamente. Ley que es muy difícil que llegue a aprobarse -ni tan siquiera proponerse en el Congreso- fundamentalmente por dos motivos:
1- Todas las leyes están sometidas a algo que se llama jerarquía normativa (ninguna ley puede contradecir a otra de rango superior). Por tanto, una norma que dictamine algo distinto a lo que dice la Constitución sería fácilmente tumbada por el Tribunal Constitucional a petición de cualquier persona, asociación, organismo, partido político, etc.
2- No nos engañemos, nuestro Gobierno no va a tener los arrestos de presentar un proyecto de ley ante el Congreso (en el que también hay partidos muy cínicos y manipuladores contrarios a la tauromaquia) a favor del toreo y a su vez en contra de lo que muchos pseudo progres consideran libertad de expresión.
Este gobierno (como todos los anteriores) ha demostrado que les importa más su imagen ante el electorado que la libertad de los aficionados a los toros.

Por último, este protocolo o marco (que recalco, no puede prohibir absolutamente nada) ha sido creado por la Dirección General de la Policía para todos sus miembros. ¿Qué ocurre entonces con los municipios en los que el Cuerpo Nacional de Policía no tiene competencias? La Guardia Civil (responsable de la seguridad ciudadana en todos los demás municipios) no tiene ningún protocolo de actuación en este sentido, y no les afecta para nada el creado de forma unilateral por la Policía. Es decir, suponiendo que esta medida sirva de algo (esperemos que sí) sólo será en las poblaciones donde la seguridad ciudadana dependa del C.N.P. (capitales de provincia y grandes localidades), ya que en el resto, de momento no hay nada previsto al respecto.

Resumiendo, legalmente NO ESTÁN PROHIBIDAS LAS MANIFESTACIONES DE ANTITAURINOS CERCA DE LAS PLAZAS como norma general como afirma el titular del artículo del diario El Mundo y del mencionado blog.
Tan sólo hay un protocolo de actuación previsto por la Policía en caso de que la Subdelegación o Delegación del Gobierno prohíba una manifestación de este tipo (que dependiendo de cada caso, lo hará o no).

Cierra el artículo diciendo que en Sevilla se impidió que la manifestación propuesta por el partido PACMA pasara por las puertas de la Real Maestranza, tal y como pretendían. Pues bien, esto no tiene nada que ver con el protocolo protagonista de la noticia, puesto que fue la Delegación de Gobierno quien así lo decidió por un posible peligro de alteración del orden público. En este caso la Policía sólo se limitó a cumplir las órdenes de dicha Delegación (su órgano superior) sin necesidad de atender a ningún protocolo que dicho sea de paso, por entonces ni existía.

Lo que realmente necesitamos (a falta de una ley) es el compromiso de todas las Delegaciones de Gobierno, sin excepción, para seguir la estela marcada por la de Sevilla prohibiendo (ellos sí tienen esa potestad) todas las manifestaciones antitaurinas que pretendan realizarse en la periferia de cualquier plaza de toros por motivos de seguridad ciudadana.

Hay titulares que difuminan la realidad de la noticia con tal de ser más atractivos e incitar a entrar a leer y subir así su ratio de lectores, sin importar que puedan llevar a engaño a personas que llevan demasiado tiempo esperando algo así.

En fin, cosas de la prensa...

Alberto CH - @alberto_chps












martes, 14 de abril de 2015

SÁNCHEZ VARA: ¿TRAIDOR O VÍCTIMA?

El matador de toros Sánchez Vara anunció hace unas semanas su actuación en solitario ante seis toros de la legendaria ganadería de Palha en Guadalajara el próximo 18 de abril, conmemorando así en su ciudad el 15º aniversario de su alternativa.




Hasta ahí todo más o menos normal. Otra encerrona de esas que van siendo cada vez más habituales, otra épica con toros de los llamados duros de un torero en su localidad.
Pero en este caso concreto hay un matiz diferente. El diestro alcarreño lleva muchos años arrastrando un pesado lastre: la etiqueta de tunelero (dícese del profesional taurino que actúa cobrando por debajo de los mínimos legalmente establecidos creando así competencia desleal dentro de su profesión). Una etiqueta que, dicho sea de paso, él nunca ha desmentido.

Recientemente, la Unión Nacional de Picadores y Banderilleros Españoles (UNPBE) emitía un comunicado expresando que ha instado a todos sus afiliados a no actuar en dicho festejo, alegando que tal actuación supondría un incumplimiento del vigente Convenio Nacional Taurino por encontrarse el matador de toros en la situación de denegación del visado de sus contratos por la Comisión de Seguimiento del Convenio. Comunicado que cerraban asegurando que ningún afiliado de la UNPBE actuará en el reseñado festejo.
Pocas horas después, era el apoderado de Sánchez Vara, José Montes, quien emitía un comunicado que respondía al anterior negando que los afiliados de dicha asociación desestimen torear con su matador en tan señalado día y asegurando que ninguno de los actuantes del festejo incumplirá el convenio. Para dar más credibilidad a sus palabras incluso adjunta copia del contrato visado por el convenio correspondiente según la afiliación sindical del matador.

Personalmente, no me interesa esta guerra de comunicados oficiales donde cada uno barre para casa y trata de lavar su imagen de la mejor forma posible.

Todo esto me vuelve a recordar una eterna duda personal. Vaya por delante que no seré yo quien defienda la competencia desleal o el incumplimiento de un convenio colectivo en ninguna profesión. Jamás lo he hecho y jamás lo haré. Pero cabe recordar que esto no ocurre de forma unilateral. Para que exista un tunelero antes debe existir una empresa que imponga esas condiciones fraudulentas para poder torear.

¿Quién es más culpable? ¿El que impone esas ilícitas condiciones o el que las acepta? Quizá la respuesta más sencilla sería decir que ambos. El empresario puede alegar que de otro modo su negocio no le sale mínimamente rentable mientras que el torero puede decir que de otra forma no le contratan en ningún sitio y por tanto no podría ejercer su profesión, de la que depende su sustento y el de su familia.

A mí personalmente, me parece más culpable el empresario, ya que si éste no puede montar un festejo cumpliendo todos los requisitos legales y que al mismo tiempo le sea rentable (no olvidemos que son empresarios y no una ONG) sencillamente puede no montarlo y dedicarse a confeccionar otro tipo de espectáculos taurinos o directamente cambiar de negocio.
¿Pero el torero? El torero es un hombre que lleva toda su vida entregado en cuerpo y alma a su profesión y que en la mayoría de los casos no sabe ni puede hacer otra cosa más que torear. Un simple peón de este tablero de ajedrez sin normas en el que eso que llaman el sistema ha convertido al toreo, donde los jugadores (léase empresarios) mueven las fichas a su antojo y hacen trampas de mutuo acuerdo. "Pon tú aquí tu caballo que yo te pongo allí a mi alfil, lo dejamos en tablas y ganamos los dos".
Este sistema ha convertido al 90% de los toreros, que son quienes se juegan los muslos, la vida y el prestigio, en simples cromos. Algunos se compran caros (si no son buenos ya se encargan ellos de subir su cotización si les interesa), otros se intercambian y otros simplemente se tiran a la basura, sin importar lo más mínimo su trayectoria, su lucha y su dedicación.

Siempre son de alabar aquellos que deciden no pasar por el aro y que prefieren no torear antes que hacerlo en contra de sus principios, su dignidad y su profesión. Pero quizá no todos estén en la posibilidad de tomar tan loable decisión y no tengan más remedio que tragarse sus propios principios para dar de comer a su familia y aceptar lo poco que les den tapándose los ojos ante el convenio. Insisto en que no defiendo esta postura, igual que insisto en que me parece más miserable quien propicia que esto ocurra, quien marca esas indignas condiciones.

También cabría recalcar que ese humilde torero llamado Sánchez Vara (para mí, un superviviente del toreo en todos los sentidos), se está llevando todos los palos. Palos que habría que repartir entre muchísimos más que hacen exactamente lo mismo. El porqué lo desconozco, pero ese lastre parece que se han encargado de colgárselo sólo a él.
Además, hagamos un ejercicio de memoria y recordemos cuantos toreros y banderilleros del actual circuito de las ferias han pasado por ese túnel en épocas pasadas hasta poder hacerse un hueco en su actual y más o menos cómoda posición.

Por todo esto me pregunto por qué la UNPBE no insta a todos sus afiliados a no torear en las plazas cuyos gerentes han incumplido ese convenio, en lugar de hacerlo en contra de un matador de toros en concreto. Quizá sea porque tendrían que borrar demasiadas plazas del mapa y su petición sería inviable...

Resulta que ahora, en estos tiempos donde se educa más al aficionado en materia de chanchullos de despacho y menos en lo estrictamente taurino (ahí tienen a muchos aficionados muy jóvenes que saben más de apoderamientos y honorarios que de toros), importan más estos comunicados que van y vienen que el hecho de que un tío se vaya a encerrar con 6 TOROS 6 de Palha, quizá para reivindicarse e intentar salir de ese relegado y oscuro rincón donde se encuentra atrapado.

Suerte, torero.

Alberto CH - @alberto_chps


viernes, 10 de abril de 2015

COMPLEJOS

Una bonita imagen con aire añejo de un picador citando al toro ha sido la elegida para ilustrar el cartel de la Feria del Toro del 2015, o lo que es lo mismo, la feria de San Fermín.
En principio me parece una muy buena idea, ya que el caballo y el varilarguero son un instrumento fundamental para medir la bravura de ése que lleva el nombre de esta sagrada feria.

Pero si nos fijamos en la imagen podemos notar algo extraño. Cualquiera que sea aficionado a los toros o que simplemente guste de ver fotos taurinas echa en falta rápidamente la parte más importante de la vara: la puya (con su llamativa y siempre fotogénica cruceta roja). Esa que propina el castigo al toro y al mismo tiempo defiende la cabalgadura. Es decir, falta lo fundamental.


Lo peor es que esto no ha sido por casualidad, sino por puro y duro complejo.
El propio autor de la obra, el pintor Vicente Arnás, reconoce que decidió eliminar la parte punzante de la vara para "no herir sensibilidades de los antitaurinos". Sí, como lo leen. Una obra pictórica de temática puramente taurina se realiza en base a los gustos o sensibilidades de aquellos que están en contra de nuestra Fiesta y nuestra cultura, de aquellos que en cuanto tienen la más mínima posibilidad revientan nuestros lícitos espectáculos, nos insultan e incluso nos agreden. Será que ellos sí tienen muy en cuenta nuestras sensibilidades a la hora de confeccionar sus horrendas pancartas y carteles (que rozan la ilegalidad en muchos casos).

Volvemos a dejar en evidencia la debilidad y la flaqueza de nuestra afición frente a esos que pretenden arrebatárnosla por la fuerza. De nuevo dejamos ver nuestros absurdos complejos y nos rebajamos ante el enemigo
Así es imposible ganar esta batalla, es inviable demostrar nuestra dignísima afición de cara a una sociedad que en su gran mayoría no es tan prejuiciosa como creemos, o como algunos quieren creer.

Sintámonos orgullosos de lo nuestro, proclamemos a los cuatro vientos que nuestra pasión no es ningún delito legal ni moral. 
El simple hecho de esconder una puya en una obra por el qué dirán los antitaurinos, es un acto de absoluta cobardía que flaco favor hace a todos aquellos que intentamos seguir demostrando que el toreo es un arte que lleva siglos perfectamente integrado en la sociedad de todas las épocas y que así seguirá siendo.

Personalmente, me parece lamentable.

Texto extraído del artículo al respecto en www.sanfermin.com

Si esto ocurre en la Feria del Toro miedo me da lo que pueda venir después. O nos llenamos de más orgullo por nuestra afición y cambiamos nuestra mentalidad o ya se encargarán los del otro lado de hacérnosla cambiar, pero a su manera. 

Alberto CH - @alberto_chps

lunes, 16 de marzo de 2015

LA HEROICIDAD, UN NEGOCIO AL ALZA

La tauromaquia es un arte cargado de muchos valores que, desgraciadamente, se están desprestigiando y perdiendo en esta fría, insustancial y avanzada sociedad que nos absorbe. Uno de ellos es la heroicidad, algo que siempre he admirado profundamente de esos pocos privilegiados que son capaces de ponerse delante de un toro para transmitir emociones al resto de los mundanos.
El problema viene cuando esta cualidad es el único motivo para estar presente en una plaza de toros de primera categoría y en un cartel de mucha relevancia.

Veinte años y treinta y siete operaciones después, Vicente Ruiz "El Soro" reaparece ante su público. Y lo hace en un estado físico deplorable y con la moral y la confianza en sí mismo por las nubes, una mezcla a priori peligrosa.
Hoy el diestro valenciano nos ha dado una lección de superación personal, de valor y de amor propio, pero lo ha hecho a costa de dejar al toreo a la altura de ese albero que en mi opinión nunca más debió pisar.

Cantaba el gran Gardel que "veinte años no es nada", pero evidentemente no hablaba de toreros ni de la inevitable huella física y mental que deja el paso del tiempo cuando éste se pasa de quirófano en quirófano.

Salió el primero de la tarde por la puerta de chiqueros, terciado, armónico, "cómodo de cara" -como les gusta llamarlo a los toreros- o con poca seriedad por delante -como en realidad es-. Un toro muy noble y manejable, como hecho a medida en una factoría llamada Juan Pedro para un torero en las condiciones de El Soro. Con una cojera más que flagrante y una efusividad exacerbada, tiró de técnica y conocimiento para darle su lidia como pudo. En banderillas tuvo la suerte de que el buenazo de Juan Pedro no hizo por él tras cada par y en este segundo tercio también demostró tener tantas tablas como pocas facultades físicas, eso sí, dejando su inimitable sello particular.
Por si a alguien no le había quedado claro que aquella extraña actuación era más festivalera que taurina, Soro lo quiso aclarar clavando una gran bandera de la Comunidad Valenciana en el centro del ruedo para calentar aún más a los ya bullentes y entregados tendidos.
Un trasteo llevando a su flojo rival muy despegado y a media altura, unos arrimones marca de la casa con "teléfono" incluído y un par de estocadas, la primera haciendo guardia, fueron méritos suficientes para concederle una oreja y terminar de enloquecer a un público totalmente entregado a su héroe local.

En el segundo de su lote quiso aumentar aún más su apuesta y tras un subidón de moral y autoconfianza, el veteranísimo diestro sacó una silla de enea del callejón y lo esperó a portagayola sentado cual novillero con ansia y necesidad de triunfo. De nuevo la suerte le acompañó y todo quedó en vítores y más vítores del respetable. Repitió en banderillas, esta vez compartiendo el tercio con Montoliú, y de nuevo lo hizo a su manera particular, esa que antaño le hizo tan famoso.
Este juampedro no fue tan noblón como su primero y tras una faena en la que tampoco le bajó la mano (algo que su contrincante le pedía a gritos) se dispuso a matar. Dice el refrán que tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe, y el cántaro se rompió. Tras mucha tensión, muchos uys (o eas de Manuel Caballero) ese ángel protector que tantos capotes le había echado ya, se despistó en la suerte suprema y Vicente fue cogido de forma fea llevándose una aparatosa voltereta, una paliza considerable y tres vértebras fracturadas (sin afectación neurológica). Tras una fuerte petición de oreja con la que el presidente no fue condescendiente, todo quedó en una vuelta al ruedo (y otra de regalo) en la que el público jaleaba con pasión a su ídolo.

Me quito el sombrero ante un torero, un tío de los pies a la cabeza y con dos cojones que le arrastran por su increíble capacidad de superación personal; del mismo modo que detesto que esa envidiable cualidad haya querido mostrarla en una plaza de toros sembrando el pánico entre todos los asistentes y televidentes mientras dejaba en evidencia que ese toro tan demandado por las figuras puede torearlo hasta un hombre tullido (por supuesto, con mucha técnica y bragueta).

Cabe recordar que hoy se cumplía el 25 aniversario de la alternativa de Enrique Ponce en esa misma plaza, algo que ese toreo tan temerario como festivalero de don Vicente Ruiz ha eclipsado completamente. No termino de entender cómo el maestro Ponce ha permitido que este esperpento se llevara a cabo justo hoy, en una fecha tan señalada e importante para él ante su público, en un día en el que él y sólo él debería haber sido protagonista ante su gente.

Al final todo acabó como empezó, con un público enloquecido con un mermado torero cargado de ilusión que lo más digno y sensato que podría haber hecho hoy es cortarse la coleta tras haber cumplido su objetivo y tras haberse demostrado a sí mismo y habernos demostrado a todos su enorme capacidad de sacrificio para cumplir sus metas. En lugar de eso, anuncia que está dispuesto a torear más corridas y que está preparado para ello (lo peor de todo es que de verdad lo cree).

Una vuelta al ruedo en hombros no reglamentaria ni cabal, para después salir del coso a pie junto a sus compañeros y volver a ser izado en el patio de cuadrillas, fue el epílogo de este despropósito convertido en corrida de toros.

Derechazo de El Soro en su reaparición en Valencia. Foto: Cayetano Talens para El Mundo


Para ser justo, he de decir que la culpa no es sólo de El Soro, quien al fin y al cabo es un superviviente con infinitas ganas de seguir retando al destino con épicas hazañas.
El señor Simón Casas, ese que se autodenomina "productor de arte", esta vez nos ha vendido de todo menos eso, pero él, que para los negocios es un lince, es buen sabedor de que hoy la heroicidad es un negocio al alza, igual que su viejo "torero estrella" de la feria, aunque sea una heroicidad vacía de arte y cargada de tanta temeridad como banal espectáculo.

Don Vicente, toda mi admiración por haberse sobrepuesto a ese calvario de operaciones hasta poder demostrar que puede torear de nuevo (algo impensable hace tan sólo dos años) y mi más sincera enhorabuena por cumplir su sueño, pero por favor, no vuelva a pisar un ruedo vestido de luces nunca más porque la afición quiere pasar miedo con el de los rizos en la testuz y no con el de la castañeta en el cogote. 

Alberto CH - @alberto_chps



martes, 10 de marzo de 2015

EL TRIUNFO DE PAOLA

Por segundo año consecutivo un sueño se hace realidad. Un sueño que supone un balón de oxígeno, nunca mejor dicho, para la Asociación contra la Fibrosis Quística de Málaga. Un sueño que ayuda a respirar a la pequeña Paola y a los demás afectados por esta compleja y cruel enfermedad. Un sueño que se ha vuelto a cumplir gracias a la solidaridad del mundo del toro y de un padre que como dije en otra ocasión, en la plaza viste de plata y en la vida viste de oro.

Juan Martín Soto, torero y padre de Paola, removió cielo y tierra para conseguir que tan bonito proyecto volviera a convertirse en un éxito. No sólo logró repetir el triunfo del festival del año anterior, sino mejorarlo y dejar patente que cuando las cosas se hacen con tesón, esfuerzo, dedicación y sobre todo desde el corazón, nada puede salir mal. Una muy buena entrada y una tarde en la que la solidaridad y el toreo triunfaron fue el resultado de tanto esfuerzo.





Fermín Bohórquez volvió a hacer gala de su toreo a caballo cargado de clasicismo ante un novillo de su propia casa que se movió y le sirvió. Tras una majestuosa lección de rejoneo y un muy buen tercio de banderillas en el que puso dos pares a dos manos, con el rejón de muerte llegó un sainete propiciado por el amorcillamiento del animal, quedando todo en palmas.





Francisco Ruiz Miguel toreó como si por él no pasasen los años. Desde que abrió el percal para recibir al ejemplar de El Torero a la verónica montó un lío. Su enorme conocimiento de la lidia y los terrenos le permitieron estar a gusto y dejar momentos cargados de torería y clase, pero sobre todo de nostalgia y sabor añejo.
Y tan a gusto se sintió que parecía no quererse ir ni poner fin a una completa faena que contó hasta con un pase de pecho rodilla en tierra.
Paseó dos orejas con su inquebrantable sonrisa tras despachar a su oponente con una estocada entera.





Jesulín de Ubrique anduvo muy templado ante un bonito novillo de La Palmosilla al que recibió con unas lustrosas verónicas rematadas con una bonita media.
Tras brindar al solidario público que ocupaba los tendidos del coso marbellí, inició su faena de muleta con unos doblones de bella estampa. Antes de sacar su lado más efectista demandado por el respetable, dejó unos derechazos de buena factura y tras matar de estocada ligeramente trasera fue premiado con dos orejas.





Por su parte, Miguel Abellán no quiso quedarse atrás. Su oponente, de José Luis Marca, no se lo puso fácil de salida y el madrileño tuvo que esperar al momento del quite para lucirse con la capa, haciéndolo de forma excelente con unas ajustadas chicuelinas de bellísima estampa rematadas con una revolera.
Ya con la franela, estuvo solvente y firme en una faena en la que predominó el toreo con la mano diestra ante un novillo que en un principio repetía y humillaba. Cuando éste se vino abajo, el diestro optó por el toreo de cercanía, el arrimón y el desplante, levantando gran expectación en los tendidos.
Tras matar de estocada y dos descabellos, le fueron otorgadas las dos orejas.











Víctor Janeiro tuvo delante a un extraordinario ejemplar de Toros del Ojailén que embistió al ralentí y por abajo. El gaditano estuvo solvente ante un "caramelito" manchego con el que se podía hacer el toreo soñado.
Mató de estocada y paseó las dos orejas.







David Galán puso la chispa y el arrojo para calentar al personal desde el primer momento. Recibió al de Torrestrella con una larga cambiada de rodillas y se lució con unas buenas y ceñidas chicuelinas.
Inició su trasteo de muleta con unos doblones muy toreros marca de la casa. Predominó su toreo con la diestra, ajustado y gustándose en todo momento. También dejó un cambio de mano muy elegante y algunos naturales de muchos quilates.
Para subir aún más la temperatura del ambiente, echó las rodillas al albero para lucirse por molinetes y protagonizó la anécdota de la tarde cantando por bulerías mientras toreaba.
El colofón llegó con una fulminante estocada que dejó rodado sin puntilla a su oponente, paseando así los máximos trofeos.









Cerraba plaza el prometedor novillero Javier Orozco ante un eral de Los Palacios que salió huidizo, orientado y brusco. El rondeño tuvo que tirar de técnica y enseñar a embestir con el percal a su complicado contrincante.
Tras brindar su faena a Miguel Abellán, lo puso todo en el asador y a base de firmeza y valor pudo sobreponerse a un novillo que se iba al cuerpo. Tras algunos percances sin consecuencias y unas ajustadas y lucidas manoletinas, lo finiquitó de estocada entera siendo premiado con dos orejas.







Un año más, en Marbella triunfó la solidaridad de la gente del toro (diestros, banderilleros, ganaderos y aficionados) gracias a la voluntad y el enorme trabajo de un padre coraje.
Desde este humilde rincón, mi más sincera enhorabuena a todos los que han hecho posible el éxito de un proyecto tan noble y necesario, en especial a Juan Martín Soto.

No olvidemos que la verdadera triunfadora del festival fue una pequeña de cinco añitos capaz de conmover  a miles de corazones y unir a tantísimas personas. Una luchadora que lleva bregando a un "toro" muy difícil desde que sólo era un bebé, pero con verdadera maestría y una sonrisa de oreja a oreja. PUERTA GRANDE PARA PAOLA.

#TODOSCONPAOLA

Alberto CH - @alberto_chps

domingo, 15 de febrero de 2015

J. MARTÍN SOTO: TORERO DE PLATA, PADRE DE ORO

Hace unas semanas, muy a mi pesar, tuve que escribir unas líneas con la tinta de la indignación y la decepción sobre la insolidaridad de los maestrantes de la plaza de toros de Ronda (propietarios del coso de la localidad), al negarse éstos a ceder su plaza para una buena y necesaria causa. Aquí pueden leerlo "La insolidaridad de los maestrantes de Ronda"

Hoy cambio de pluma. Cojo esa otra que va cargada con la tinta del orgullo, ese orgullo que siempre he sentido por ser aficionado a un mundo tan apasionante como solidario, el mundo de los toros.
Por segundo año consecutivo se celebrará en Marbella un festival taurino a beneficio de la Asociación contra la Fibrosis Quística de Málaga, una enfermedad tan desconocida para la sociedad como grave para quienes la padecen y sus familias. Esta asociación realiza una labor impagable proporcionando unos servicios asistenciales básicos y necesarios a todos los afectados y fomentando el estudio de esta extraña dolencia (todavía considerada incurable) para conseguir importantes avances en su tratamiento y aumentar la calidad de vida de los pacientes y de sus allegados.
La fibrosis quística es una enfermedad genética que afecta a los pulmones y a otros órganos vitales produciendo infecciones graves. Su costoso tratamiento incluye medicamentos (aerosoles y antibióticos principalmente) y una constante fisioterapia respiratoria.
No está de más que todos conozcamos un poco más sobre esta afección para valorar la importancia de la celebración de este festival, más si cabe ahora que se están llevando a cabo importantes avances médicos en un hospital zaragozano que podrían suponer la curación para algunos de estos pacientes y hace falta una mayor financiación para que ese tratamiento “milagroso” pueda llevarse a cabo en toda España.
Saber más acerca de la fibrosis quística también nos hará ver el tremendo esfuerzo y el duro día a día que viven estos enfermos y el enorme sacrificio de esos entregados y valientes padres (es una enfermedad manifestada sobre todo en niños y en jóvenes).
Y es precisamente un padre el artífice de todo esto.

Juan Martín Soto, se llama. Vallisoletano de nacimiento y de corazón, marbellí de adopción. Gran torero de plata, de esos que ponen los pares en la cara del toro ofreciéndole el pecho y buen lidiador con la capa. Sin necesitar grandes alardes ni desplantes para demostrar su torería, honesto y fiel a su jefe de filas, sea quien sea en cada etapa de su carrera.
Siempre ha estado ligado al mundo del toro y como banderillero ha pasado por la cuadrilla de varios matadores y novilleros y sabe lo que es torear en la primera plaza del mundo con buena nota.
En los últimos tres años ha pertenecido a las filas de Morenito de Aranda quien, casi sin previo aviso, decidió cambiarle por otro buen banderillero, quizá no mejor, pero sí más mediático y con la mano más rápida para quitarse la montera mientras su matador se lo permita. Juan se fue en torero, agradecido y sin una sola rabieta pública por su injusta situación. Yo siempre escuché que en esto del toro no se debe llamar a las puertas de las casas con alojamiento completo ni se deben trastocar equipos que funcionan bien. Pero bueno, allá cada uno con su honor y su conciencia.
El buen trabajo siempre da sus frutos y la carrera de este torero seguirá sin ninguna duda viento en popa a toda vela.

Ha toreado altruistamente en infinidad de festivales a favor de todo tipo de causas sin imaginarse que algún día él mismo recibiría del toreo la misma solidaridad que demostró.
Animado y acompañado en todo momento por su esposa Reyes, ejemplo de madre coraje, con la fuerza que le da su ángel de cinco añitos llamado Paola, con la ayuda del Ayuntamiento de Marbella y del joven empresario y apoderado Pepe Román (gestor del coso marbellí), con el altruísmo de sus compañeros y ganaderos y por supuesto con el indispensable apoyo de los aficionados que ya pasaron y volverán a pasar por la taquilla para dejar su donativo (el año pasado se recaudaron más de 30.000 euros para la asociación), Juan Martín Soto organiza el II Festival Taurino - Flamenco benéfico para la causa.





Tan sólo con ver la maestría con la que Ruiz Miguel anda en la cara del toro, el arrojo del joven matador fuengiroleño David Galán y la ilusión, preparación y ganas que desprende el prometedor novillero rondeño Javier Orozco merece la pena pagar esos 15 euros de donativo. Pero, al igual que ocurrió el año pasado, la ovación más intensa de la tarde será para esa pequeña luchadora y verdadera protagonista del evento, Paola.



El 7 de Marzo volveremos a demostrar que el toreo es solidario, y lo volveremos a hacer al son de #TodosConPaola

Alberto CH - @alberto_chps