La reflexión es lo único que se puede aportar a aquello sobre lo que ya está todo escrito.
Aquí se habla de toros y de la vida, como en las viejas tabernas.

martes, 21 de abril de 2015

NO CANTEMOS VICTORIA

En el día de ayer el diario El Mundo y el blog "La Economía del Toro" publicaban una buena noticia para todos los aficionados a los toros que llevamos mucho tiempo sintiéndonos acosados, insultados e incluso agredidos por grupos antitaurinos en sus manifestaciones realizadas en las cercanías de las plazas de toros.



El problema es la contundencia y la poca veracidad del titular de dicha noticia (quizá escrito para darle una mayor credibilidad) y el subidón de optimismo que esto ha ocasionado en buena parte de la afición.

El titular en cuestión dice así: "PROHIBIDAS LAS MANIFESTACIONES ANTITAURINAS CERCA DE LAS PLAZAS DE TOROS".

Para leer el breve artículo al completo pinche aquí

Vamos a ir desgranando el texto para hacer lo más comprensible posible mi postura sobre la osadía de ese titular que puede llevarnos a engaño.

En primer lugar, una instrucción general, marco o protocolo de actuación de la Dirección General de la Policía no puede prohibir absolutamente nada por sí solo. Es simplemente una directriz de actuación para sus miembros, sometidos en todo caso a los organismos de los que dependen y sobre todo al derecho, mucho antes que a un simple protocolo interno.
El Cuerpo Nacional de Policía (y todas sus actuaciones) depende a nivel nacional de la Secretaría de Estado de Seguridad, organismo perteneciente al Ministerio del Interior, y a nivel provincial, de la Subdelegación o Delegación del Gobierno, dependiendo del caso. Nada tiene que ver con el ministerio que se cita en el artículo (de Educación, Cultura y Deporte) que si bien ha podido participar en la confección de este protocolo de actuación (por el hecho de que la tauromaquia esté bajo su jurisdicción), en ningún caso puede suponer una obligación de cumplimiento por parte del cuerpo policial lo que este ministerio disponga.

En derecho español (un estado democrático) lo único que puede prohibir algo de forma general es una ley o una norma con rango de ley. Y las leyes jamás pueden emanar de un cuerpo de seguridad, sino de las Cortes Generales o en algunos casos concretos del Gobierno de la nación o de las comunidades autónomas.

Puedo entender la alegría -incluso la efusividad- de muchos aficionados que estaban esperando una noticia así como agua de mayo, como puedo entender que muchos se empeñen en creer y defender que esta "falsa norma" va a misa y está por encima del bien y del mal. Pues bien, no quiero ser el aguafiestas de turno, pero esto no es suficiente, es sólo un paso (esperemos que importante) pero, desde luego, con esto no basta. Sigamos.

El derecho de reunión y de manifestación pacífica y sin armas está considerado como derecho fundamental en el artículo 21 de la Constitución Española (ley suprema) y éste dice literalmente que el ejercicio de este derecho no necesitará de autorización, aunque sí de comunicación previa a la autoridad, que sólo podrá prohibirlo cuando existan razones fundadas de alteración del orden público, con peligro para las personas o bienes.
Con los últimos hechos acontecidos queda claro que este tipo de manifestaciones en las cercanías de las plazas de toros sí supone un peligro para el orden público y para las personas y bienes. Aun así, la autoridad competente (Subdelegación del Gobierno o Delegación del Gobierno, dependiendo de la provincia en que se trate) debe estudiar cada caso en concreto por separado para prohibir o modificar la propuesta de los organizadores de cada manifestación, y en ningún caso pueden prohibirlas de forma general. Recuerden que el Cuerpo Nacional de Policía están bajo el mando de estos órganos y por mucho protocolo interno que hayan acordado, si la propuesta de manifestación es aceptada por la autoridad competente, la Policía no puede prohibir su celebración y sólo podría hacer acto de presencia para que no se alterase el orden público (llegado ese caso, sí podría -y debería- disolver la manifestación).

La única forma de poder prohibir las manifestaciones en las cercanías de las plazas de toros de forma general sería creando una ley que así lo dictara expresamente. Ley que es muy difícil que llegue a aprobarse -ni tan siquiera proponerse en el Congreso- fundamentalmente por dos motivos:
1- Todas las leyes están sometidas a algo que se llama jerarquía normativa (ninguna ley puede contradecir a otra de rango superior). Por tanto, una norma que dictamine algo distinto a lo que dice la Constitución sería fácilmente tumbada por el Tribunal Constitucional a petición de cualquier persona, asociación, organismo, partido político, etc.
2- No nos engañemos, nuestro Gobierno no va a tener los arrestos de presentar un proyecto de ley ante el Congreso (en el que también hay partidos muy cínicos y manipuladores contrarios a la tauromaquia) a favor del toreo y a su vez en contra de lo que muchos pseudo progres consideran libertad de expresión.
Este gobierno (como todos los anteriores) ha demostrado que les importa más su imagen ante el electorado que la libertad de los aficionados a los toros.

Por último, este protocolo o marco (que recalco, no puede prohibir absolutamente nada) ha sido creado por la Dirección General de la Policía para todos sus miembros. ¿Qué ocurre entonces con los municipios en los que el Cuerpo Nacional de Policía no tiene competencias? La Guardia Civil (responsable de la seguridad ciudadana en todos los demás municipios) no tiene ningún protocolo de actuación en este sentido, y no les afecta para nada el creado de forma unilateral por la Policía. Es decir, suponiendo que esta medida sirva de algo (esperemos que sí) sólo será en las poblaciones donde la seguridad ciudadana dependa del C.N.P. (capitales de provincia y grandes localidades), ya que en el resto, de momento no hay nada previsto al respecto.

Resumiendo, legalmente NO ESTÁN PROHIBIDAS LAS MANIFESTACIONES DE ANTITAURINOS CERCA DE LAS PLAZAS como norma general como afirma el titular del artículo del diario El Mundo y del mencionado blog.
Tan sólo hay un protocolo de actuación previsto por la Policía en caso de que la Subdelegación o Delegación del Gobierno prohíba una manifestación de este tipo (que dependiendo de cada caso, lo hará o no).

Cierra el artículo diciendo que en Sevilla se impidió que la manifestación propuesta por el partido PACMA pasara por las puertas de la Real Maestranza, tal y como pretendían. Pues bien, esto no tiene nada que ver con el protocolo protagonista de la noticia, puesto que fue la Delegación de Gobierno quien así lo decidió por un posible peligro de alteración del orden público. En este caso la Policía sólo se limitó a cumplir las órdenes de dicha Delegación (su órgano superior) sin necesidad de atender a ningún protocolo que dicho sea de paso, por entonces ni existía.

Lo que realmente necesitamos (a falta de una ley) es el compromiso de todas las Delegaciones de Gobierno, sin excepción, para seguir la estela marcada por la de Sevilla prohibiendo (ellos sí tienen esa potestad) todas las manifestaciones antitaurinas que pretendan realizarse en la periferia de cualquier plaza de toros por motivos de seguridad ciudadana.

Hay titulares que difuminan la realidad de la noticia con tal de ser más atractivos e incitar a entrar a leer y subir así su ratio de lectores, sin importar que puedan llevar a engaño a personas que llevan demasiado tiempo esperando algo así.

En fin, cosas de la prensa...

Alberto CH - @alberto_chps












martes, 14 de abril de 2015

SÁNCHEZ VARA: ¿TRAIDOR O VÍCTIMA?

El matador de toros Sánchez Vara anunció hace unas semanas su actuación en solitario ante seis toros de la legendaria ganadería de Palha en Guadalajara el próximo 18 de abril, conmemorando así en su ciudad el 15º aniversario de su alternativa.




Hasta ahí todo más o menos normal. Otra encerrona de esas que van siendo cada vez más habituales, otra épica con toros de los llamados duros de un torero en su localidad.
Pero en este caso concreto hay un matiz diferente. El diestro alcarreño lleva muchos años arrastrando un pesado lastre: la etiqueta de tunelero (dícese del profesional taurino que actúa cobrando por debajo de los mínimos legalmente establecidos creando así competencia desleal dentro de su profesión). Una etiqueta que, dicho sea de paso, él nunca ha desmentido.

Recientemente, la Unión Nacional de Picadores y Banderilleros Españoles (UNPBE) emitía un comunicado expresando que ha instado a todos sus afiliados a no actuar en dicho festejo, alegando que tal actuación supondría un incumplimiento del vigente Convenio Nacional Taurino por encontrarse el matador de toros en la situación de denegación del visado de sus contratos por la Comisión de Seguimiento del Convenio. Comunicado que cerraban asegurando que ningún afiliado de la UNPBE actuará en el reseñado festejo.
Pocas horas después, era el apoderado de Sánchez Vara, José Montes, quien emitía un comunicado que respondía al anterior negando que los afiliados de dicha asociación desestimen torear con su matador en tan señalado día y asegurando que ninguno de los actuantes del festejo incumplirá el convenio. Para dar más credibilidad a sus palabras incluso adjunta copia del contrato visado por el convenio correspondiente según la afiliación sindical del matador.

Personalmente, no me interesa esta guerra de comunicados oficiales donde cada uno barre para casa y trata de lavar su imagen de la mejor forma posible.

Todo esto me vuelve a recordar una eterna duda personal. Vaya por delante que no seré yo quien defienda la competencia desleal o el incumplimiento de un convenio colectivo en ninguna profesión. Jamás lo he hecho y jamás lo haré. Pero cabe recordar que esto no ocurre de forma unilateral. Para que exista un tunelero antes debe existir una empresa que imponga esas condiciones fraudulentas para poder torear.

¿Quién es más culpable? ¿El que impone esas ilícitas condiciones o el que las acepta? Quizá la respuesta más sencilla sería decir que ambos. El empresario puede alegar que de otro modo su negocio no le sale mínimamente rentable mientras que el torero puede decir que de otra forma no le contratan en ningún sitio y por tanto no podría ejercer su profesión, de la que depende su sustento y el de su familia.

A mí personalmente, me parece más culpable el empresario, ya que si éste no puede montar un festejo cumpliendo todos los requisitos legales y que al mismo tiempo le sea rentable (no olvidemos que son empresarios y no una ONG) sencillamente puede no montarlo y dedicarse a confeccionar otro tipo de espectáculos taurinos o directamente cambiar de negocio.
¿Pero el torero? El torero es un hombre que lleva toda su vida entregado en cuerpo y alma a su profesión y que en la mayoría de los casos no sabe ni puede hacer otra cosa más que torear. Un simple peón de este tablero de ajedrez sin normas en el que eso que llaman el sistema ha convertido al toreo, donde los jugadores (léase empresarios) mueven las fichas a su antojo y hacen trampas de mutuo acuerdo. "Pon tú aquí tu caballo que yo te pongo allí a mi alfil, lo dejamos en tablas y ganamos los dos".
Este sistema ha convertido al 90% de los toreros, que son quienes se juegan los muslos, la vida y el prestigio, en simples cromos. Algunos se compran caros (si no son buenos ya se encargan ellos de subir su cotización si les interesa), otros se intercambian y otros simplemente se tiran a la basura, sin importar lo más mínimo su trayectoria, su lucha y su dedicación.

Siempre son de alabar aquellos que deciden no pasar por el aro y que prefieren no torear antes que hacerlo en contra de sus principios, su dignidad y su profesión. Pero quizá no todos estén en la posibilidad de tomar tan loable decisión y no tengan más remedio que tragarse sus propios principios para dar de comer a su familia y aceptar lo poco que les den tapándose los ojos ante el convenio. Insisto en que no defiendo esta postura, igual que insisto en que me parece más miserable quien propicia que esto ocurra, quien marca esas indignas condiciones.

También cabría recalcar que ese humilde torero llamado Sánchez Vara (para mí, un superviviente del toreo en todos los sentidos), se está llevando todos los palos. Palos que habría que repartir entre muchísimos más que hacen exactamente lo mismo. El porqué lo desconozco, pero ese lastre parece que se han encargado de colgárselo sólo a él.
Además, hagamos un ejercicio de memoria y recordemos cuantos toreros y banderilleros del actual circuito de las ferias han pasado por ese túnel en épocas pasadas hasta poder hacerse un hueco en su actual y más o menos cómoda posición.

Por todo esto me pregunto por qué la UNPBE no insta a todos sus afiliados a no torear en las plazas cuyos gerentes han incumplido ese convenio, en lugar de hacerlo en contra de un matador de toros en concreto. Quizá sea porque tendrían que borrar demasiadas plazas del mapa y su petición sería inviable...

Resulta que ahora, en estos tiempos donde se educa más al aficionado en materia de chanchullos de despacho y menos en lo estrictamente taurino (ahí tienen a muchos aficionados muy jóvenes que saben más de apoderamientos y honorarios que de toros), importan más estos comunicados que van y vienen que el hecho de que un tío se vaya a encerrar con 6 TOROS 6 de Palha, quizá para reivindicarse e intentar salir de ese relegado y oscuro rincón donde se encuentra atrapado.

Suerte, torero.

Alberto CH - @alberto_chps


viernes, 10 de abril de 2015

COMPLEJOS

Una bonita imagen con aire añejo de un picador citando al toro ha sido la elegida para ilustrar el cartel de la Feria del Toro del 2015, o lo que es lo mismo, la feria de San Fermín.
En principio me parece una muy buena idea, ya que el caballo y el varilarguero son un instrumento fundamental para medir la bravura de ése que lleva el nombre de esta sagrada feria.

Pero si nos fijamos en la imagen podemos notar algo extraño. Cualquiera que sea aficionado a los toros o que simplemente guste de ver fotos taurinas echa en falta rápidamente la parte más importante de la vara: la puya (con su llamativa y siempre fotogénica cruceta roja). Esa que propina el castigo al toro y al mismo tiempo defiende la cabalgadura. Es decir, falta lo fundamental.


Lo peor es que esto no ha sido por casualidad, sino por puro y duro complejo.
El propio autor de la obra, el pintor Vicente Arnás, reconoce que decidió eliminar la parte punzante de la vara para "no herir sensibilidades de los antitaurinos". Sí, como lo leen. Una obra pictórica de temática puramente taurina se realiza en base a los gustos o sensibilidades de aquellos que están en contra de nuestra Fiesta y nuestra cultura, de aquellos que en cuanto tienen la más mínima posibilidad revientan nuestros lícitos espectáculos, nos insultan e incluso nos agreden. Será que ellos sí tienen muy en cuenta nuestras sensibilidades a la hora de confeccionar sus horrendas pancartas y carteles (que rozan la ilegalidad en muchos casos).

Volvemos a dejar en evidencia la debilidad y la flaqueza de nuestra afición frente a esos que pretenden arrebatárnosla por la fuerza. De nuevo dejamos ver nuestros absurdos complejos y nos rebajamos ante el enemigo
Así es imposible ganar esta batalla, es inviable demostrar nuestra dignísima afición de cara a una sociedad que en su gran mayoría no es tan prejuiciosa como creemos, o como algunos quieren creer.

Sintámonos orgullosos de lo nuestro, proclamemos a los cuatro vientos que nuestra pasión no es ningún delito legal ni moral. 
El simple hecho de esconder una puya en una obra por el qué dirán los antitaurinos, es un acto de absoluta cobardía que flaco favor hace a todos aquellos que intentamos seguir demostrando que el toreo es un arte que lleva siglos perfectamente integrado en la sociedad de todas las épocas y que así seguirá siendo.

Personalmente, me parece lamentable.

Texto extraído del artículo al respecto en www.sanfermin.com

Si esto ocurre en la Feria del Toro miedo me da lo que pueda venir después. O nos llenamos de más orgullo por nuestra afición y cambiamos nuestra mentalidad o ya se encargarán los del otro lado de hacérnosla cambiar, pero a su manera. 

Alberto CH - @alberto_chps