La reflexión es lo único que se puede aportar a aquello sobre lo que ya está todo escrito.
Aquí se habla de toros y de la vida, como en las viejas tabernas.

lunes, 10 de agosto de 2015

LA VIOLENCIA NO ES EL CAMINO

Tras vivir en el día de ayer los incidentes acontecidos en la plaza de toros de Marbella, me doy cuenta de que no sólo los antitaurinos sesgan y manipulan la información en pro de su negocio y de su cuento.
También lo hace la prensa taurina, y de forma más flagrante aún, los portales de internet, esos que están mantenidos por los toreros a los que defienden incluso en situaciones indefendibles.

Esto es lo que verdaderamente ocurrió:

Tras la muerte del tercero de la tarde, al que Talavante le cortó una oreja, saltaron al ruedo dos conocidos antitaurinos: el holandés Peter Janssen y el gaditano Pedro Torres.
Nada más saltar, dos integrantes de la cuadrilla de Morante de la Puebla fueron tras el gaditano, aparentemente para interceptar su intento de alteración del orden público, pero no les bastó con eso. Una vez le tenían sujeto, la emprendieron a puñetazos con él, algo que se está obviando en todas las publicaciones que he leído hasta ahora.

Paralelamente, y justo en la otra punta de la plaza, la policía ya tenía detenido al holandés, y mientras le sacaban de la plaza, un miembro del equipo del diestro de La Puebla le agredió, motivo por el que el delegado de la autoridad y la policía trataron de sancionarle y sacarle de la plaza (como bien dicta tanto el Reglamento de Espectáculos Taurinos como la legislación penal).
En ese momento, su jefe de filas (acompañado por su apoderado) se fueron como locos a evitarlo, increpando a las autoridades, incluso llegando a forcejear seriamente con el delegado y la policía en varias ocasiones. La refriega duró varios minutos.

Finalmente, y tras estos penosos hechos, la autoridad decidió proponer para sanción por un lado a los antitaurinos que asaltaron el ruedo, y por otro a los miembros de la cuadrilla de Morante que agredieron a los primeros, hecho que causó aún más rabia en el diestro.

Tras cuajar una gran faena en el quinto toro de la tarde y segundo de su lote, el de La Puebla quiso dejar claro su descontento lanzando la muleta con desprecio y negándose a matar al toro, mientras le hacía gestos al presidente del festejo indicándole que diera ya los tres avisos, que no iba a matar al toro, por voluntad propia (hecho que suponía otra sanción).
El buen astado de la ganadería de Benjumea permaneció varios minutos a solas en el ruedo, hasta que a Talavante se le ocurrió salir a lancearlo de capote antes de que sonaran los tres avisos, para después llevarlo hacia la zona de chiqueros, una vez que sonó el tercer y definitivo clarinazo.

Al finalizar la corrida, tanto Francisco Rivera como Talavante tenían el derecho de salir por la puerta grande del coso marbellí, tras haber cortado ambos una oreja a cada toro de su lote, pero decidieron no hacerlo y salir a pie por la puerta de cuadrillas junto a su compañero Morante de la Puebla, en señal de solidaridad.

No seré yo quien defienda jamás los ataques antitaurinos, pero tampoco seré quien tape el vergonzoso espectáculo que protagonizaron unos señores vestidos de toreros, mientras los medios de "información taurina" cambian la versión de los hechos a su conveniencia y engañan a la afición.

Es tan triste como patético tener que ver a toreros golpeando a un tío (sea antitaurino o no) como si fueran matones de discoteca, delante de miles de personas, entre ellas muchos niños, como no es menos triste y menos patético ver a un figurón del toreo como Morante de la Puebla seriamente enzarzado contra la autoridad, para después decidir no matar a un toro (acción por la cual se le había pagado su jugoso salario) supuestamente en protesta por una acción que él mismo, en parte, había provocado.

Ahora todos los portales, y en consecuencia gran parte de la afición, le echan la culpa a la policía y a la autoridad de la plaza, por no actuar de la forma adecuada, dicen.
En primer lugar, si la policía hubiera actuado de la forma adecuada, habrían sido mucho más contundentes con el diestro sevillano y con su cuadrilla, ya que con la ley en la mano, los hechos que provocaron, eran más que suficientes no sólo para sancionarles, sino para, como mínimo, impedirles continuar en la plaza de toros ejerciendo su profesión.


Repito que no seré yo quien defienda a los antitaurinos ni a sus ilícitas acciones que intentan coartar nuestra libertad, pero obviando la verdad no vamos a acabar con esta lacra, además de hacer un flaco favor a la imagen del toreo y de todos los taurinos.

Hay muchas formas de defender lo nuestro, y ninguna de ellas pasa por la violencia. Si estas figuras y sobre todo sus apoderados-empresarios tuvieran los mismos arrestos para defender lo suyo como hay que hacerlo (con los mejores equipos jurídicos y de comunicación y marketing), otro gallo cantaría.

Leo y oigo a mucha gente defendiendo a los toreros por lo ocurrido. Pues aun a riesgo de ser criticado y de tener que oír cien veces eso de ¿pero tú de qué lado estás? (al fin y al cabo, cada uno cree sólo lo que quiere creer, se le explique lo que se le explique), yo digo alto y claro que si la forma de defender lo nuestro es haciendo uso de la violencia (además innecesaria y pública), yo me quito de esto, y me quito hoy mismo.

Todo mi apoyo a las hoy denostadas autoridades que ayer actuaron en el coso de Marbella, sólo hace falta echar un vistazo a la ley para ver que hicieron una intervención ejemplar, y que demasiado pacientes fueron con Morante y los suyos.
No son ellos sino los políticos los que deben cambiar la ley para que el castigo a los antitaurinos que cometen este tipo de actos sea más contundente.

Los cojones, en la cara del toro. Y para defender esto, rigor, lucha, unión e inversión.

Alberto CH - @alberto_chps



2 comentarios:

  1. ¡olé los escritos claros! Felicidades, chingón.

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  2. Mágnifico el artículo. Yo me imaginaba que algo de eso había pasado. Esos son los que luego piden Libertad para la fiesta y cuando hay alguien que no le gusta la emprenden a palos, no sólo con los anti, sino con aquellos que critican su actuación y no coinciden en su parecer con los críticos "apesebrados". Evidnetemente la Policiá debió llevarse detenidos a los "demócratas subalternos" que agredieron al anti el saltar al ruedo no es delito es un ilícito administartivo pero agredir a un señor si lo es.
    Francisco Picornell

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