Por aquella misma época, años ochenta y noventa, las plazas
de toros se llenaban para ver a las figuras del momento, pero también para ver a
las jóvenes promesas en cuyas manos estaba el futuro del toreo, los novilleros.
Por aquel entonces aquellos jóvenes levantaban mucha expectación entre los
aficionados, quienes se desplazaban muchos kilómetros (sin necesidad de
autobuses gratuitos) para ver torear a quienes podrían ser las próximas figuras
del toreo.
Por citar algunos ejemplos, recordemos a aquel tándem
formado por Miguel Báez “Litri” (hijo) y Rafi Camino, tan amigos en la calle
como enemigos en el ruedo, y siendo los protagonistas de la actualidad taurina
tras su presentación en Las Ventas en 1987. Recordemos también los inicios de
Juan Serrano “Finito de Córdoba” quien estaba en boca de los buenos aficionados
tras triunfar en las principales plazas de España entre 1989 y 1990. Y qué
decir de José Tomás y del tremendo impacto que causó en su presentación como
novillero en Madrid abriendo la puerta grande allá por 1995.
Eran otros tiempos en los que la figura del novillero era
apreciada como lo que en realidad es: el futuro de nuestra Fiesta. Tiempos en
los que la cantera era valorada y respetada. Tiempos en los que algunos por
vocación, otros por hambre y la mayoría por ambas cosas, eran capaces de eclipsar
por momentos a figurones como Curro o Chenel en las publicaciones de los
diarios.
Ahora veo con asombro como algunos novilleros sin caballos
tienen equipo de prensa, club de fans, caros y variados vestidos de luces y
hasta furgonetas con su nombre impreso. Definitivamente el toreo también vive
inmerso en este extraño mundo de la publicidad y el dospuntocero.
Afortunadamente aún quedan novilleros conscientes de lo que
significa esa palabra y que salen a darlo todo cada tarde en la que les
permiten enfundarse el sagrado vestido, que saben quienes son y quienes quieren
ser.
Javier Orozco en La Malagueta |
Derechazo de Rafael Serna |
Novillero: lee, mira vídeos y escucha sobre la historia de
la tauromaquia para entender mejor quien eres, qué quieres y lo que
representas. Respeta siempre los sacros cánones de la tauromaquia; busca y
encuentra tu concepto del toreo, tu personalidad como torero; piensa bien a
quien o quienes tomar como referencia; nunca pierdas la humildad, por bien que
te vayan las cosas o por muchas tardes de triunfo que lleves; respétate a ti
mismo y a tu profesión y exige tus honorarios correspondientes porque el día en
que pierdas la dignidad dejarás de poder llamarte 'torero'.
Novillero: recuerda que mientras tú duermes, descansas o
sales de fiesta, hay otro entrenando y luchando para ser el mejor; recuerda
siempre que el mérito no está en poder celebrar triunfos, sino en saber
levantarse de los fracasos, y sobre todo, nunca dejes de luchar para que ese
milagro llamado “éxito” se produzca.
María del Mar Santos a la verónica |
Larga cordobesa de Lázaro Escalona |
Desde aquí mi apoyo y mi ánimo a todos esos
chavales que, como los niños de mi generación, tampoco juegan con esos
diabólicos cacharros electrónicos, sino que “juegan” con la muerte y la verdad
en cada tarde que les dejan, soñando con poder ser algún día figuras del toreo.
Alberto CH - @alberto_chps
Alberto CH - @alberto_chps
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