La reflexión es lo único que se puede aportar a aquello sobre lo que ya está todo escrito.
Aquí se habla de toros y de la vida, como en las viejas tabernas.

viernes, 10 de abril de 2015

COMPLEJOS

Una bonita imagen con aire añejo de un picador citando al toro ha sido la elegida para ilustrar el cartel de la Feria del Toro del 2015, o lo que es lo mismo, la feria de San Fermín.
En principio me parece una muy buena idea, ya que el caballo y el varilarguero son un instrumento fundamental para medir la bravura de ése que lleva el nombre de esta sagrada feria.

Pero si nos fijamos en la imagen podemos notar algo extraño. Cualquiera que sea aficionado a los toros o que simplemente guste de ver fotos taurinas echa en falta rápidamente la parte más importante de la vara: la puya (con su llamativa y siempre fotogénica cruceta roja). Esa que propina el castigo al toro y al mismo tiempo defiende la cabalgadura. Es decir, falta lo fundamental.


Lo peor es que esto no ha sido por casualidad, sino por puro y duro complejo.
El propio autor de la obra, el pintor Vicente Arnás, reconoce que decidió eliminar la parte punzante de la vara para "no herir sensibilidades de los antitaurinos". Sí, como lo leen. Una obra pictórica de temática puramente taurina se realiza en base a los gustos o sensibilidades de aquellos que están en contra de nuestra Fiesta y nuestra cultura, de aquellos que en cuanto tienen la más mínima posibilidad revientan nuestros lícitos espectáculos, nos insultan e incluso nos agreden. Será que ellos sí tienen muy en cuenta nuestras sensibilidades a la hora de confeccionar sus horrendas pancartas y carteles (que rozan la ilegalidad en muchos casos).

Volvemos a dejar en evidencia la debilidad y la flaqueza de nuestra afición frente a esos que pretenden arrebatárnosla por la fuerza. De nuevo dejamos ver nuestros absurdos complejos y nos rebajamos ante el enemigo
Así es imposible ganar esta batalla, es inviable demostrar nuestra dignísima afición de cara a una sociedad que en su gran mayoría no es tan prejuiciosa como creemos, o como algunos quieren creer.

Sintámonos orgullosos de lo nuestro, proclamemos a los cuatro vientos que nuestra pasión no es ningún delito legal ni moral. 
El simple hecho de esconder una puya en una obra por el qué dirán los antitaurinos, es un acto de absoluta cobardía que flaco favor hace a todos aquellos que intentamos seguir demostrando que el toreo es un arte que lleva siglos perfectamente integrado en la sociedad de todas las épocas y que así seguirá siendo.

Personalmente, me parece lamentable.

Texto extraído del artículo al respecto en www.sanfermin.com

Si esto ocurre en la Feria del Toro miedo me da lo que pueda venir después. O nos llenamos de más orgullo por nuestra afición y cambiamos nuestra mentalidad o ya se encargarán los del otro lado de hacérnosla cambiar, pero a su manera. 

Alberto CH - @alberto_chps

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