La reflexión es lo único que se puede aportar a aquello sobre lo que ya está todo escrito.
Aquí se habla de toros y de la vida, como en las viejas tabernas.

viernes, 7 de noviembre de 2014

AFICIÓN 2.0

Décadas atrás, el escenario donde los aficionados debatían sobre toros no podría tener más solera. Aquellas tabernas guarnecidas de madera con olor a vino y habano o aquellos viejos bares de barra alicatada y servilletas arrugadas y cabezas de gamba por el suelo. Allí se juntaban los compadres para ver las corridas de toros retransmitidas por TVE (cuando de verdad era la televisión de todos los españoles) mientras opinaban entre amigos vino en mano. Si no había toros, echaban su partidita de dominó o de cartas discutiendo sobre quién templaba o podía más a los toros o sobre qué ganaderías estaban en mejor momento. Eso sí que era una red social, y no la de Mark Zuckerberg.

Era otra época, en la que los toreros no se publicitaban mediante un equipo de prensa sino con sus trastos en el albero delante del de los rizos. Una época en la que la afición rezumaba por los poros de la piel y por la tráquea a viva voz desde los tendidos, para lo bueno y para lo malo. Una época en la que los genuinos aficionados tan pronto jaleaban al torero como saltaban al ruedo para protestar por su actuación, si así lo creían oportuno. Una época de verdad.

Los tiempos cambian, la esencia debe permanecer.
Obra original: Armando Ahuatzi

Los que tengan o hayan tenido padres o abuelos aficionados de la vieja escuela dejarán escapar una sonrisa al pensar en la reacción que habrían tenido si hace treinta o cuarenta años alguien les hubiese dicho que, en no mucho tiempo, de toros se hablaría en el tuitendido o en las cuentas y páginas de Facebook. "Y eso, ¿qué carajo es?" dirían. La respuesta es fácil, una plataforma cybernética que permite lanzar opiniones o críticas en cualquier momento y lugar sin siquiera tener que dar la cara. "Anda niño, cállate y tráeme otro chato de vino, tú que estás de pie".

El pasado mes de septiembre la periodista de Canal Plus Toros Elena Salamanca escribía un artículo muy descriptivo sobre esto que llamamos tuitendido en la revista "Lances" (de la feria taurina de Salamanca), titulado "Las redes sociales las carga el diablo".



Sí, tiene razón en que esto del anonimato no siempre es ventajoso. Tiene razón en que ese radicalismo irrespetuoso que utiliza como burladero una falsa identidad no hace ningún bien a la Fiesta. La crítica siempre es buena y necesaria, los insultos no, y menos cuando se lanzan sin dar la cara, sin dar opción a la defensa del ofendido.
En mi opinión Elena Salamanca dijo la verdad, el problema es que no lo dijo todo y se centró únicamente en la parte negativa de esta vorágine taurina de la era digital.

El tuitendido tiene también muchas ventajas. Ha globalizado el toreo, permite que aficionados de todos los puntos del mundo se conozcan y hablen de toros, no importa si estando de acuerdo o discutiendo acaloradamente. También permite enterarse a tiempo real de las noticias relacionadas con nuestra afición, promocionar eventos, publicaciones o programas taurinos (entre otras cosas para eso lo usa la mencionada periodista). No olvidemos que sin el tuitendido no habría tenido prácticamente ninguna repercusión la decorosa lucha de esos valientes novilleros bogotanos más allá de sus fronteras, y de no ser por aquello de #FuerzaNovilleros y todo lo que provocó, muy probablemente no se llevaría a cabo esa magnífica manifestación taurina prevista para el próximo 12 de noviembre en el coso de Santamaría con las principales figuras del toreo allí presentes (secundada desde Madrid). Aprovecho para decir que tampoco vendría nada mal algo así en La Monumental de Barcelona o en San Sebastián, que básicamente ha ocurrido lo mismo y además está mucho más cerca. Habrá que crear un hashtag de esos para ver si los del sector (los primeros interesados, en teoría) reaccionan. 

El ecosistema del tuitendido es muy rico y variado. Hay fakes ingeniosos y realmente divertidos, hay fakes ofensivos y sin nada que ofrecer salvo crispación, hay profesionales del mundo del toro que muestran su agradecimiento a la afición y meten la pata de vez en cuando (aunque quien esté libre de pecado...), hay muy buenos aficionados que gusta leer y aprender de ellos, hay palmeros (no confundir con seguidores) de toreros, ganaderos y hasta empresarios, hay fotógrafos que nos comparten sus obras a través de esta red, hay poetas, pseudo poetas y blogueros. Hay jóvenes que utilizan fotografías y textos ajenos para conseguir muchos seguidores que alimenten su empobrecido ego, hay trolls (lo que siempre se ha llamado porculeros o tocapelotas)...
Pero sobre todo, hay muchas personas maravillosas detrás de esos perfiles con los que es un placer debatir, charlar, reír y pasar un buen rato siempre con los toros como excusa. 

Y sí, también están esos de los que habla Elena, los irrespetuosos, los rebeldes sin causa que sólo saben insultar a todo lo que no encaje con sus gustos y que utilizan las redes sociales para sacar esa aversión y esas ganas de hacer daño que en su vida real tienen que ocultar. Pero ojo, ni todos los anónimos son así, ni todos los que critican tampoco. Quizá haya demasiada sensibilidad con esto de la crítica, quizá haya que aclarar que se puede y se debe criticar, aunque de forma constructiva y respetuosa. No debemos confundir la crítica con la falta de respeto o el insulto. No todo pueden ser palmas y jabón, esa pseudo afición tampoco me interesa. 
Quizá la clave de esto la diera George Owell cuando dijo: En una época de universal engaño, decir la verdad constituye un acto revolucionario

Sigan opinando, diciendo sus verdades, hablando de toros en las redes y globalizando nuestra afición, yo les seguiré leyendo.


Alberto CH - @alberto_chps



2 comentarios:

  1. Fernando Valero (67quijote)7 de noviembre de 2014, 21:29

    Me gusta bastante màs tu entrada que el de Elena Salamanca, ella sì que no darà mucho juego en redes sociales, peque de palmera..... y tù lo sabes.
    ¿recuerdas la que le lio sin màs a Milinko? je je. '¡como si ella fuera la ùnica con derecho a opinar sobre TAUROMAQUIA! sinceramente, no me gusto nada su artìculo, al contrario qu este.

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  2. Amigo Fernando, respeto tu opinión, pero el objetivo de este post no es criticar a Elena Salamanca ni su artículo, ni mucho menos. De hecho estoy de acuerdo con lo que escribió. Sólo trato de complementarlo con la parte buena del 'tuitendido' que compensa y supera con creces a la mala. Saludos y gracias!

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